Jornada de distribución

Los factores psicológicos continúan poniendo límites a la actuación inversora, aunque esta mañana hubo algunos momentos en los que parecían estar a favor. Una sesión alcista en Tokio, debido a la bajada de los tipos de interés, hizo pensar a los inversores en la posibilidad de una reacción técnica, por lo que el dinero cedió en sus precauciones y acudió con docilidad a la distribución de papel que se efectuó en las primeras horas de la sesión. Pronto se planteó la pregunta de si no se habría ido demasiado lejos en la recogida de papel, lo que hizo que el índice pasara en poco tiempo de ganar c...

Los factores psicológicos continúan poniendo límites a la actuación inversora, aunque esta mañana hubo algunos momentos en los que parecían estar a favor. Una sesión alcista en Tokio, debido a la bajada de los tipos de interés, hizo pensar a los inversores en la posibilidad de una reacción técnica, por lo que el dinero cedió en sus precauciones y acudió con docilidad a la distribución de papel que se efectuó en las primeras horas de la sesión. Pronto se planteó la pregunta de si no se habría ido demasiado lejos en la recogida de papel, lo que hizo que el índice pasara en poco tiempo de ganar casi dos puntos a un avance de sólo 40 centésimas. Los precios, muchos de ellos con el descuento de un dividendo, parecían más atractivos que el pasado viernes, pero la facilidad con que salía el papel empezó a ser una amenaza para cualquier posibilidad de reacción.Hubo que esperar a la apertura de Wall Street para tomar conciencia del terreno que se pisaba, y aquel mercado tuvo a bien comenzar su sesión con un avance de casi 25 puntos. Aun así, la Bolsa española era en esos momentos un mar de dudas, pues el volumen resultaba insuficiente para justificar algunos avances conseguidos. La situación cambió al cierre, cuando un nuevo tirón de Wall Street hizo que el índice consiguiera una subida de 1,65 puntos.