González acepta visitar Israel, mientras don Juan Carlos elude la invitación

El presidente Felipe González aceptó ayer la invitación para visitar Israel, en la segunda mitad de este año, que le formuló el titular israelí de Exteriores, David Levy, mientras el palacio de la Zarzuela sólo se comprometió "a estudiar" la que el emisario israelí cursó al rey don Juan Carlos para que viaje al Estado de Israel el año próximo. En este sentido, se recordó, en 1992 la agenda del monarca "está muy cargada".

Por una casualidad del calendario, Levy tuvo que desplazarse hasta Granada para ser recibido por don Juan Carlos, que realiza un recorrido por Andalucía. Un cuarto de h...

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El presidente Felipe González aceptó ayer la invitación para visitar Israel, en la segunda mitad de este año, que le formuló el titular israelí de Exteriores, David Levy, mientras el palacio de la Zarzuela sólo se comprometió "a estudiar" la que el emisario israelí cursó al rey don Juan Carlos para que viaje al Estado de Israel el año próximo. En este sentido, se recordó, en 1992 la agenda del monarca "está muy cargada".

Por una casualidad del calendario, Levy tuvo que desplazarse hasta Granada para ser recibido por don Juan Carlos, que realiza un recorrido por Andalucía. Un cuarto de hora, según Efe, duró la audiencia real en el parador nacional. Al Rey le remitió un mensaje del presidente del Estado israelí, Jaim Herzog, invitándole de nuevo a visitar su país, pero el monarca no se comprometió a aceptarla, según la versión facilitada por el Ministerio del Portavoz.El ministro israelí regresó a Madrid en helicóptero para entrevistarse a mediodía con González, al que también reiteró la invitación del primer ministro, Isaac Shamir, formulada por primera vez hace 25 meses. Su interlocutor fue algo más preciso en su contestación, indicándole que irá a Israel antes de fin de año, probablemente en otoño, pero tampoco se fijaron fechas.

Para fijarlas, el jefe del Ejecutivo desea que, según la expresión de un diplomático, "haya un claro en la tormenta" que azota a Oriente Próximo. Es decir, que se esboce el proceso de paz promovido por EE UU, pero que Tel Aviv entorpece rechazando la participación de Naciones Unidas. El plan del secretario de Estado norteamericano, James Baker, relega a un segundo plano el papel de la ONU, pero aun así no acaba de ser aceptado por Shamir.

Retroceso en Luxemburgo

A lo largo de los últimos meses, España, en sintonía con la mayoría de sus socios europeos, se ha mostrado más compresiva con las tesis israelíes, y en la cumbre de los líderes europeos en Luxemburgo, que empieza mañana, está, en principio, dispuesta a aceptar una declaración sobre Oriente Próximo que supone un retroceso con relación a la que fue aprobada en Madrid en junio de 1989, según fuentes diplomáticas. El texto que somete a sus socios la presidencia luxemburguesa de la CE omite no sólo solicitar que la Organización para la Liberación de Palestina participe en las conversaciones, sino que renuncia a pedir que la ONU patrocine una conferencia de paz arabe-israelí y opta por apoyar el Plan Baker.Esta renuncia a los principios que fueron defendidos hace dos años en Madrid por la diplomacia española está en sintonía con las declaraciones conciliadoras que hizo el ministro de Asuntos Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez, cuando, al concluir la guerra del Golfo, en marzo pasado, visitó Israel.

Moderación

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Entonces entregó a Herzog una carta del Rey en la que se alababa la moderación y retención del Estado israelí ante el acoso de Sadam Husein. Fernández Ordóñez sorprendió, sin embargo, cuando, el 27 de mayo, volvió a endurecer el lenguaje y calificó de "muy grave" la persistencia de la construcción de asentamientos de población israelí en el territorio ocupado de Cisjordania. El embajador israelí en Madrid, Shlomo Ben Ami, se quejó entonces al ministro de los "bandazos" de la política española. González, según la versión oficial, no expresó ayer su preocupación a Levy por esta política de colonización.

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