El dinosaurio y otros cuentos
En el maravilloso artículo de Vargas Llosa titulado Erase una vez, publicado el pasado domingo, el escritor peruano finaliza contando el cuento más corto del mundo, creado por Augusto Monterroso: "Cuando despertó el unicornio todavía estaba ahí". En realidad, el cuento de Monterroso dice: "Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí",cuento al que el propio autor se ha referido en varlas ocasiones y en el libro de entrevistas Viaje alrededor de la fábula.
Juan José Arreola ha relatado en alguna ocasión que el origen del cuento proviene de la costumbre que tenía un a...
Regístrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
En el maravilloso artículo de Vargas Llosa titulado Erase una vez, publicado el pasado domingo, el escritor peruano finaliza contando el cuento más corto del mundo, creado por Augusto Monterroso: "Cuando despertó el unicornio todavía estaba ahí". En realidad, el cuento de Monterroso dice: "Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí",cuento al que el propio autor se ha referido en varlas ocasiones y en el libro de entrevistas Viaje alrededor de la fábula.
Juan José Arreola ha relatado en alguna ocasión que el origen del cuento proviene de la costumbre que tenía un amigo común -que medía cerca de dos metros y al que llarnaban "el dinosaurio"- de sentarse a los piesde la cama donde descansaban y contar todo lo que le había sucedido durante el día, a pesar de que ellos se quedaran dormidos; por lo que era normal que cuando despertaran le encontraran "todavía allí".
De alguna forma, y tal vez sin quererlo, Vargas Llosa ha sido fiel a uno de sus comentarios recogidos en el mismo artículo y que, curiosamente, se relaciona con la génesis del propio relato: "Para eso se inventaron los cuentos, para sofiar despiertos y, pese a no poder dejar de ser nunca los mismos, ser, sin embargo, otros".
A su vez, éste podría ser el origen de otro cuento: "Un joven que, tras dudarlo por parecerle una muestra de pedantería y acaso de intransigencia, se decide a escribir a un periódico para ratificar a un gran autor y contar... ".
Y así, hasta el infinito.-