Solchaga emplaza a los sindicatos a cerrar un pacto para septiembre

El Gobierno aprobó ayer el pacto de competitividad y se ha dado el verano de plazo para firmar un pacto con sindicatos y empresarios. Si no hay acuerdo, los presupuestos de 1992 serán mucho más restrictivos, pues su prioritaria lucha contra la inflación no tendrá el colchón de un pacto de rentas. En ese caso, "el Gobierno hará lo que tiene que hacer", según ha advertido el ministro de Economía, Carlos Solchaga. El principal objetivo es lograr que los aumentos de los salarios y los beneficios empresariales se acomoden a la media comunitaria en tres años.

El plan de competitividad dise]la...

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El Gobierno aprobó ayer el pacto de competitividad y se ha dado el verano de plazo para firmar un pacto con sindicatos y empresarios. Si no hay acuerdo, los presupuestos de 1992 serán mucho más restrictivos, pues su prioritaria lucha contra la inflación no tendrá el colchón de un pacto de rentas. En ese caso, "el Gobierno hará lo que tiene que hacer", según ha advertido el ministro de Economía, Carlos Solchaga. El principal objetivo es lograr que los aumentos de los salarios y los beneficios empresariales se acomoden a la media comunitaria en tres años.

El plan de competitividad dise]lado por Carlos Solchaga sera enviado la próxima semana al Parlamento y después se negociará con los sindicatos y la patronal CEOE, en "una mesa tripartita y nacional". Tras año y medio de defender, sin explicarlo, la bondad de un amplío pacto social, el Ejecutivo reconoció ayer que lo más importante es la moderación de los salarios y de los beneficios empresariales.De las tres piezas básicas del pacto social de progreso, sólo la primera -alcanzar un acuerdo en política de rentas- exige la negociación y el acuerdo con sindicatos y patronal:

Las otras dos piezas engloban una serie de medidas contra la inflación en el sector servicios y otras tantas reformas "estructurales" que mejoren el funcionamiento del mercado de trabajo, incentiven la inversión y modernicen las infraestructuras. Este paquete puede ser -y será, según Solchaga- puesto en funcionamiento por el Gobierno con o sin acuerdo.

Carlos Solchaga recordó ayer que la preparación de la economía española para el mercado único europeo de 1993 es, para el Ejecutivo, una asignatura pendiente desde la convocatoria de elecciones anticipadas en noviembre de 1989. Según el ministro, "sería una gran frustración nacional que no supiéramos aprovechar esta oportunidad histórica".

Los sindicatos UGT y CC OO han acogido con un rechazo frontal la propuesta del Gobierno. El líder ugetista, Nicolás Redondo, antes de conocer el resultado del Consejo de Ministros dijo que ese pacto "es una trampa para las centrales y los partidos políticos de la oposición", y argumentó que el Ejecutivo busca un mero refrendo a su política. Comisiones Obreras esperó a estudiar el texto del Ejecutivo, y su responsable de acción sindical, Agustín Moreno, se sintíó muy defraudado porque "de nuevo se busca un ajuste sobre los salarios".

Solchaga había declarado previamente que esperaba las descalificaciones de los sindica listas. "Estoy acostumbrado y confío en que cuando se sienten a negociar comprendan que es una oportunidad histórica", afirmó.

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