Cartas al director

Los desencantados de siempre

Leyendo artículos como el titulado ¿Votar? de Antonio Escohotado, pequeña muestra de los millares de escritos semejantes que vienen apareciendo en la prensa, uno se extraña de que todavía exista un 60% de ciudadanos que escogen las urnas en lugar de la tortilla de patatas. Articulistas como éste, que parecen estar permanentemente enfadados con todo y con todos, hacen un flaco favor a la democracia. Son los exquisitos de la política, que hace unos años lucían un delicado mohín de repugnancia ante el referéndum por el cambio político o por la Constitución y, encastillados en sus torres de...

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Leyendo artículos como el titulado ¿Votar? de Antonio Escohotado, pequeña muestra de los millares de escritos semejantes que vienen apareciendo en la prensa, uno se extraña de que todavía exista un 60% de ciudadanos que escogen las urnas en lugar de la tortilla de patatas. Articulistas como éste, que parecen estar permanentemente enfadados con todo y con todos, hacen un flaco favor a la democracia. Son los exquisitos de la política, que hace unos años lucían un delicado mohín de repugnancia ante el referéndum por el cambio político o por la Constitución y, encastillados en sus torres de papel, como si fueran de marfil, nos dejaban a nosotros, pobres y crédulos votantes, el mancharnos las manos apoyando con nuestra opinión una nueva era política que ellos iban a recibir impolutos y virginales como martas cibelinas.Agradeceríamos a todos los Escohotados que en vez de aportarnos soluciones a nuestra degradación parlamentaria como la de convertir a los diputados en funcionarios sin sueldo, como si de vocales de una comunidad de vecinos se tratara, nos hablaran alguna vez de los países -y entre ellos hablo del nuestro entre 1939 y 1976- en los que la libertad era un delito y el votar una comedia.- .

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