Empleados del casino de Torrelodones impiden su apertura por segundo día

Los trabajadores del casino Gran Madrid de Torrelodones se concentraron ayer, por segundo día consecutivo, ante las puertas del centro y obligaron de nuevo al cierre de todas sus dependencias. Los empleados, en huelga desde el pasado viernes, protestan por la ruptura de las negociaciones del convenio colectivo. La dirección del casino tiene previsto abrir hoy a pesar de que está convocada una nueva concentración y continúa la huelga, que finaliza mañana.Efectivos de la Guardia Civil acordonaron ayer la zona e impidieron incidentes como los del pasado viernes, cuando el personal que secunda los...

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Los trabajadores del casino Gran Madrid de Torrelodones se concentraron ayer, por segundo día consecutivo, ante las puertas del centro y obligaron de nuevo al cierre de todas sus dependencias. Los empleados, en huelga desde el pasado viernes, protestan por la ruptura de las negociaciones del convenio colectivo. La dirección del casino tiene previsto abrir hoy a pesar de que está convocada una nueva concentración y continúa la huelga, que finaliza mañana.Efectivos de la Guardia Civil acordonaron ayer la zona e impidieron incidentes como los del pasado viernes, cuando el personal que secunda los paros golpeó los vehículos de sus compañeros que pretendían trabajar.

El caballo de batalla entre la empresa y los trabajadores es el uso de los ingresos por propinas que se destinan a pagar los sueldos. Los responsables del casino sostienen que "la titularidad de la propina es de la empresa" pero los trabajadores quieren que propina y sueldo se paguen por separado. Los ingresos por propinas ascendieron en 1990 a 2.618 millones de pesetas.

Frustrados

Durante los dos días de cierre, numerosos clientes al volante de vehículos, de gran cilindrada y algún que otro autobús lleno de turistas (sobre todo japoneses) se decepcionaron al leer alguna de las pancartas: "Cerrado por reformas. Disculpen las molestias", decía una de los trabajadores. El casino es visitado por unas 3.000 personas durante los fines de semana.

En 10 años de vida del casino, que pierde unos 15 millones de pesetas por cada día de cierre, ésta es la primera vez que los trabajadores logran cerrar sus puertas.

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