Entrevista:

"No se puede permitir que Sadam escape"

Segundo de la Embajada israelí en Washington, el actual viceministro de Exteriores fue embajador ante las Naciones Unidas, entre 1982 y 1988.Pregunta. ¿,Cree que se puede esperar algún resultado de las negociaciones desarrolladas en Moscú?

Respuesta. La Unión Soviética es libre de emprender cualquier iniciativa, pero otros elementos de la coalición, especialmente los más fuertes, Estados Unidos y el Reino Unido, son también libres de valorar esa iniciativa. Y me parece claro que no van a renunciar al objetivo inicial, que es la retirada incondicional de Sadam Husein de Kuw...

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Segundo de la Embajada israelí en Washington, el actual viceministro de Exteriores fue embajador ante las Naciones Unidas, entre 1982 y 1988.Pregunta. ¿,Cree que se puede esperar algún resultado de las negociaciones desarrolladas en Moscú?

Respuesta. La Unión Soviética es libre de emprender cualquier iniciativa, pero otros elementos de la coalición, especialmente los más fuertes, Estados Unidos y el Reino Unido, son también libres de valorar esa iniciativa. Y me parece claro que no van a renunciar al objetivo inicial, que es la retirada incondicional de Sadam Husein de Kuwait.

P. Israel ha declarado ya varios objetivos políticos para la posguerra, y, especialmente, negociar la paz con todos los países árabes, sobre todo con Siria. ¿Cree que podrá lograrlos si Sadam Husein sigue en el poder?

R. Creo que será muy dificil, porque, si Sadam se queda, con su máquina militar intacta, será el líder y el héroe del mundo árabe, al que llevará al radicalismo y al fanatismo. La paz resultará mucho más difícil, si no imposible. Per el contrario, si es derrotado, habrá posibilidades de paz, siempre que el mundo occidental presione en la dirección adecuada.

La cuestión palestina

P. ¿Vale el mismo razonamiento para el problema palestino?

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R. La cuestión, en ese caso, es que después de todo lo que la OLP ha hecho, emprendiendo una guerra de terror contra Occidente desde la más completa, identificación con los objetivos de Sadam Husein, con la invasión de Kuwait y el bombardeo de Israel, si después de todo esto Occidente no aprende nada, no llegaremos muy lejos. Porque creo que los árabes palestinos están ahora mismo sentados en la valla. Si Sadam sobrevive, le seguirán. Si es derrotado, se abrirá una oportunidad para los árabes palestinos que se oponen a los aliados de Sadam, a la OLP. Y si Occidente apoya a esa gente, a los opositores de Sadam y de Arafat, puede haber una posibilidad de cambio. De lo contrario, si volvemos a lo cotidiano, no habremos ganado ni aprendido nada de este gran gasto de sangre.

P. ¿Le inquieta que la URSS tenga un papel relevante en el terreno diplomático?

R. No sé lo que los soviéticos tratan de conseguir, pero nos gustaría ver a la nueva URSS en el proceso de posguerra. ¿Qué ganó la URSS con su política arabista del pasado? Que sus Estados musulmanes del Sur puedan radicalizarse ahora. Espero que los políticos más prácticos que han entrado en el Gobierno adopten una línea distinta y no apoyen a estos peligrosos dictadores.

P. ¿Cree que hay algún lugar para Europa en el proceso de posguerra?

R. Sí, que empiecen a presionar a los Estados árabes para que cesen la guerra con Israel, algo que Europa debió haber hecho durante los últimos 43 años y no hizo. En cambio, centró la atención en Israel, que es la víctima de las agresiones árabes y de un genocidio sin parangón en este siglo e incluso en la historia del mundo. Han ignorado las violaciones de derechos humanos en todas las dictaduras árabes y, en cambio, han criticado permanentemente a Israel, que es la única democracia que existe en Oriente Próximo.

P. Hay países europeos que siguen pensando que hay que hablar con la OLP.

R. Espero que eso no sea una política, porque con la OLP nunca habrá paz. La OLP no está interesada en Cisjordania ni en Gaza, sino en lo que ellos llaman Palestina. Y eso es el 80% de las tierras donde viven los israelíes, incluidas las ciudades de Tel Aviv, Haifa y Ashquelon. Su sueño de Túnez es eliminar a Israel y sustituirlo por el Estado palestino. Que siga intentando traerlos a la mesa tiene una fuerza irreconciliable, y hace más dificil que otros árabes palestinos que no comparten esas posiciones puedan expresarse.

P. ¿Desea que fracasen las negociaciones de Moscú?

R. Creo que sería un gran error permitir que Sadarri Husein emprenda una maniobra de diversión, que es lo que trata de hacer ahora. Antes del comienzo de los bombardeos aliados, intentó tácticas dilatorias. Ahora, que la guerra en tierra está a punto de comenzar, pretende lo mismo. Entró en el emirato de Kuwait sin ninguna condición y debe salir también sin condiciones. No se le debe permitir que escape, y espero que ni Estados Unidos ni los miembros que integran la coalición se lo consientan.

"Si no hay presión, habrá dictaduras"

Ante la pregunta de si no piensa que Sadam Husein podría ser mantenido en el poder como un dirigente derrotado y limitado por una presión constante norteamericana, el viceministro de Exteriores israelí, Benjamin Netanyahu, afirma: "Es preciso entender cómo funciona el mundo árabe. En él hay muchas facciones y muchas corrientes en competencia, pero el elemento dominante que organiza esas distintas fuerzas es el poder. Si Sadam sobrevive a la guerra, ganará, y, si gana, será el nexo de todo el poder árabe. Amenazará al resto de los regímenes con su mera presencia, que dirá al mundo: he aguantado a los norteamericanos y a los británicos, he abierto un camino de lucha. Eso hará la vida muy difícil para todos los Gobiernos árabes, desde el norte de África hasta el Golfo. Por el contrario, si es derrotado, otras fuerzas del mundo árabe pasarán a primer plano, aunque eso no quiere decir que vayan a ser moderadas".La inestabilidad

El viceministro analiza en estos términos el problema de la inestabilidad en la región: "Aunque Sadam sea derrotado, eso no garantiza nada. Está, Gaddafi, más otra veintena de dictadores en la zona, y cada uno de ellos querrá ser Sadam. El mundo occidental no se da cuenta de que el verdadero problema de Oriente Próximo son los conflictos interárabes, que son endémicos en un área donde sólo hay dictaduras. Un dictador como Sadam Husein puede declarar cualquier día la guerra con el dedo meñique, al día siguiente utilizar a sus víctimas para negociar la paz y dos días después volver a declarar la guerra".

"En tanto el mundo occidental", agrega el viceministro Netanyahu "no presione por la democratización y la liberación del mundo árabe, como ha hecho en el este de Europa, en América Latina e, incluso, en Albania y en Mongolia, habrá dictaduras, y la única paz que se puede hacer en esas circunstancias es la paz basada en la defensa. Ciertamente, ése es el caso de Israel, pero no sólo".

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