Un peatón emplea 15 minutos en rodear la plaza de Castilla, según un estudio del PSOE

Un peatón tarda 15 minutos en rodear, por cruces sin señalizar, zanjas mal tapadas y estrechos caminos de vallas, la plaza de Castilla. Pero en ocasiones podría dar hasta tres vueltas completas y un autobús no habría terminado de recorrer un tramo de 500 metros. Estas son algunas de las mediciones realizadas por el grupo municipal socialista en la plaza levantada por las obras de un paso subterráneo y por la que transitan diariamente 210.000 personas. Alcanzar desde el metro la puerta de los juzgados, uno de los destinos más habituales, supone un paseo de tres a cuatro minutos.

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Un peatón tarda 15 minutos en rodear, por cruces sin señalizar, zanjas mal tapadas y estrechos caminos de vallas, la plaza de Castilla. Pero en ocasiones podría dar hasta tres vueltas completas y un autobús no habría terminado de recorrer un tramo de 500 metros. Estas son algunas de las mediciones realizadas por el grupo municipal socialista en la plaza levantada por las obras de un paso subterráneo y por la que transitan diariamente 210.000 personas. Alcanzar desde el metro la puerta de los juzgados, uno de los destinos más habituales, supone un paseo de tres a cuatro minutos.

Nada es fácil en la plaza en Castilla. Andar, esperar un autobús o circular en coche implica una sobreinversión de tiempo y, en algunos casos, riesgo Según el estudio realizado por el PSOE, los movimientos peatonales se dificultan por la falta de semáforos, las zanjas mal tapadas o la estrechez de los caminos delimitados por vallas. Los conductores se ven atrapados en cuellos de botella y desorientados por la escasa señalización. Los usuarios del autobús están penalizados por la supresión de los carriles de transporte público y la falta de plataformas de espera en las paradas. Este "caos", según lo define el concejal socialista Eugenio Morales, afecta diariamente a 140.000 vehículos y 210.000 peatones. La mayoría de éstos son usuarios de las más de 10 líneas de autobús y tres de me tro que atraviesan la plaza. El PSOE calculó recientemente a las 14.30 el tiempo que se emplea en realizar los intercambios entre los distintos transportes (véase el gráfico).El trayecto en el que más tiempo se emplea (cuatro minutos) es uno de los más cortos de la boca de metro de la calle de San Aquilino a la parada de la línea 66 de la Empresa Municipal de Transporte (EMT). En este tramo existe un cruce con un semáforo que al haberse desplazado no es visible para el peatón, 120 metros de camino entre vallas y otro cruce más sin señalización ni espacio para la espera de peatones.

Otros cuatro minutos tarda un peatón en desplazarse de la boca de metro del paseo de la Castellana a los juzgados. Según el estudio, existe un cruce sin semáforo para peatones ni visibilidad por los camiones habitualmente aparcados. Hay que realizar una espera en me dio de dos corrientes de circulación en un lugar donde no caben más de 10 personas, y finalmente atravesar un puente de madera y cruzar un calzada cuyo semáforo está intermitente para los vehículos.

De las paradas de las líneas 42, 124, 125, 134 y 135 a la estación de San Aquilino se atraviesa un camino de vallas de 200 metros "tapadas parcialmente", una salida de camiones sin señalizar y un estrechamiento junto a la entrada del metro. Este itinerario se recorre en dos minutos aproximadamente.

Las dificultades se repiten en el resto de itinerarios elegidos en el informe: paradas de autobuses sin plataforma de ¿s_ pera y difíciles de localizar, aceras estrechas en las que además se ubican puestos de venta de verdura o libros, zonas de barro, etcétera.

En cuando a los autobuses, el informe ha observado que en el sentido de entrada "se producen diariamente retrasos superiores a los 45 minutos en las horas punta. Desde el nudo norte a la plaza de Castilla, algunos días han llegado a tardar cerca de hora y media".

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Hierros, andamios y tuberías

Según Morales, los desvíos de los vehículos privados no se han organizado "racionalmente". Con este fin, explica, se llevó a cabo "el inútil destrozo de 9.000 metros cuadrados de bulevares en el paseo de la Castellana. Toda esta área se encuentra ahora ocupada por montones de hierros viejos v retorcidos, andamios, farolas, tuberías, bordillos y vehículos de ingenieros o encargados".

Los conductores se encuentran con un importante cuello de botella al perder la calzada un carril. Además, "la desinformación es absoluta. Pequeños carteles indican a los conductores la dirección a tomar, y es fácil ir hacia Bravo Murillo y aparecer en la N-I".

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