Europa Occidental limitará el flujo de inmigrantes de los países del Este

Los 38 países asistentes a la conferencia sobre Inmigraciones de los Países del Este, clausurada ayer en Viena, han señalado una serie de medidas para restringir y controlar este flujo humano tras sentar el principio de que las naciones occidentales no pueden ya admitir una migración permanente. Una resolución final adoptada por la conferencia incluye el compromiso de conceder la condición de refugiados sólo a los realmente perseguidos y no a los emigrantes económicos.

No pocos de los asistentes a la conferencia manifestaron ayer su temor ante el hecho de que el documento aprobado permi...

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Los 38 países asistentes a la conferencia sobre Inmigraciones de los Países del Este, clausurada ayer en Viena, han señalado una serie de medidas para restringir y controlar este flujo humano tras sentar el principio de que las naciones occidentales no pueden ya admitir una migración permanente. Una resolución final adoptada por la conferencia incluye el compromiso de conceder la condición de refugiados sólo a los realmente perseguidos y no a los emigrantes económicos.

No pocos de los asistentes a la conferencia manifestaron ayer su temor ante el hecho de que el documento aprobado permita, en realidad, repatriaciones forzosas masivas de emigrantes ilegales. El documento adoptado ayer en Viena fija la necesidad de establecer "una cooperación más estrecha para la reinserción económica y social de las personas que regresen voluntariamente a su país". Sin embargo, a renglón seguido, propugna "la conclusión eventual de acuerdos tendentes a la readmisión de emigrantes ilegales por los Estados de origen o de tránsito", frase esta última en la que desaparece el carácter "voluntario" de tales repatriaciones.El comunicado proclama la necesidad de sentar las bases para una "cooperación más estrecha en materia de medidas contra la emigración ilegal", y exige una aplicación estricta de la Convención de Ginebra de 1951, de manera que ésta beneficie "a las personas que temen con razón ser perseguidas por los motivos enunciados en dicha convención y no a las personas que dejan su país para buscar mejores condiciones de existencia en materia económica".

José Luis Corcuera, ministro español del Interior, es uno de los participantes que han resaltado el creciente uso fraudulento de esta vía por la entrada en los países occidentales de emigrantes ilegales procedentes del Este.

El documento apela a una "armonización de las reglamentaciones en materia de asilo", y estudiar "posibles aproximaciones en materia de circulación de las personas, de los visados y de las formalidades en la frontera con el fin de simplificarlas".

Aunque no se dice expresamente, diversos asistentes explican que el comunicado compromete a los países fronterizos con la Europa del Este a no permitir el tránsito hacia terceros países de falsos refugiados o de emigrantes ilegales. A cambio de esta labor de semáforo, se pretende "tener en cuenta las necesidades particulares" de los países fronterizos donde se produce la primera acogida de este flujo humano, como es el caso de Austria, Grecia o Turquía.

El bloque occidental, a fin de que los ciudadanos de los países del Este no abandonen su territorio nacional, reconoce "que serán necesarios esfuerzos a largo plazo para eliminar las desigualdades económicas, sociales y otras" que motivan en los países del Este este éxodo.

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- Los países más desarrollados se comprometen a una serie de iniciativas para estimular el empleo en las antiguas naciones socialistas: intercambio de jóvenes para mejorar su formación; cooperación económica en las regiones fronterizas y planes de formación de mano de obra.

Paradójicamente, informa Vivianne Sclinitzer, los responsables del Ministerio del Interior rumano han informado a sus homólogos austríacos del temor a que su país se transforme de exportador de refugiados y emigrantes en receptor de los mismos, fundamentalmente procedentes de la URSS.

El ministro de Trabajo soviético, W. Chevarkov, manifestó ayer en Viena que cuando su país comienza a facilitar la libertad de salir al extranjero a sus ciudadanos, medida tantos años reclamada por los países occidentales, son éstos los que plantean ahora trabas para su admisión. Asimismo, reclamó más concreción en las prometidas ayudas económicas occidentales.

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