Mandos del Ejército de Tierra reclaman mayor protagonismo, según la SER

La participación española en despliegue militar de los aliados ha generado fuertes tensiones entre altos mandos del Ejército de Tierra, según ha podido saber la cadena SER en fuentes de toda solvencia. Algunos generales han expresado su malestar por el hecho de que el protagonismo recaiga casi absolutamente en la Armada, y en menor medida en el Ejército del Aire, que tiene listos sus F-18A por si, fuera preciso acudir al Golfo a proteger a las unidades navales españolas o del despliegue aliado, mientras no hay perspectiva de actuación para el Ejército de Tierra.Este malestar estaría en el orig...

La participación española en despliegue militar de los aliados ha generado fuertes tensiones entre altos mandos del Ejército de Tierra, según ha podido saber la cadena SER en fuentes de toda solvencia. Algunos generales han expresado su malestar por el hecho de que el protagonismo recaiga casi absolutamente en la Armada, y en menor medida en el Ejército del Aire, que tiene listos sus F-18A por si, fuera preciso acudir al Golfo a proteger a las unidades navales españolas o del despliegue aliado, mientras no hay perspectiva de actuación para el Ejército de Tierra.Este malestar estaría en el origen de las filtraciones de planes secretos de actuación del Ejército de Tierra a algunos medios de comunicación. Estas filtraciones que han alarmado a la cúpula de Defensa, tendrían como objetivo no desaparecer de la escena informativa española en un momento en el que la opinión pública está volcada en las noticias relacionadas con la guerra.

Especialistas militares consultados por la SER estiman que con la crisis del Golfo, y al margen de la polémica sobre si las unidades navales españolas debían llevar a bordo para esta misión a marineros de reemplazo, la Armada ha ganado en consideración entre la opinión. El papel del Ejército de Aire ha sido de otro orden, pero España cuenta con el arma tecnológica más moderna, el cazabombardero F-18A, listo para trasla darse al área de conflicto cuando el presidente del Gobierno lo estime oportuno, siempre en relación con la marcha del conflicto.

Sin misión previsible

Sin embargo, en cualquiera de los supuestos no hay misión asignada ni que se imagine, por el momento, para el Ejército de Tierra, lo que ha decepcionado a un sector de mandos, preocupados por una futura pérdida de influencia para sus armas.

El reparto de chapas de identificación entre los componente de algunas unidades y los rumores continuos sobre el inminente envío al Golfo de fuerzas de Ejército de Tierra no tienen otro origen que esa campaña de imagen para no desaparecer y para no ceder influencia frente a la Armada y el Ejército del Aire. Intentan también no perder peso en los futuros presupuestos de Defensa. Entre los rumores sobre la inminente participación de unidades españolas de tierra se ha difundido un eventual traslado al Golfo incluso de los efectivos de montaña situados en el Pirineo, en los acuartelamientos de Jaca y Sabiñánigo. Resulta extraño que España, en caso de una mayor implicación, optase por enviar al desierto a batallones de esquiadores.