Tribuna:

Parálisis total

El mercado de valores madrileño vive la angustiosa cuenta atrás con algo más que miedo. El dinero ha desaparecido del circuito y, ahora más que nunca, el parqué y el mercado continuo se han convertido en espacios sólo transitados por las instituciones y los profesionales. Con pocas transacciones, el papel más nervioso se bastó para hacer caer el índice un 2,2%, en línea con el resto de los mercados internacionales.El día, que comenzó mal, terminó en un ambiente de pesimismo generalizado y angustia. Del momento que atraviesa la renta variable dan idea los 494.000 títulos de Telefónica negociado...

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El mercado de valores madrileño vive la angustiosa cuenta atrás con algo más que miedo. El dinero ha desaparecido del circuito y, ahora más que nunca, el parqué y el mercado continuo se han convertido en espacios sólo transitados por las instituciones y los profesionales. Con pocas transacciones, el papel más nervioso se bastó para hacer caer el índice un 2,2%, en línea con el resto de los mercados internacionales.El día, que comenzó mal, terminó en un ambiente de pesimismo generalizado y angustia. Del momento que atraviesa la renta variable dan idea los 494.000 títulos de Telefónica negociados ayer. Son muy pocos los que se atreven a trabajar pensando en el medio y el largo plazo. La consigna es aguardar acontecimientos mientras se confía en que todo volverá a ser como fue hace unos meses. Ayer, eran muy pocos los que se creían la vuelta de los buenos tiempos.

En este contexto de temor, apatía y tensión, según los casos -y según la cartera de cada cual-, el sector constructor fue el más castigado, con un retroceso en su indicador particular cercano a los 18 puntos. En la bolsa actual, nadie parece tener idea de dónde se encuentra el fondo del mercado. Si la situación de incertidumbre se prolonga, la bolsa amenaza con convertirse en un espacio muerto.

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