Cartas al director

¿Salvar la paz?

Mi capacidad de comprensión de algunas posturas es, lo confieso, cada vez más escasa: ahora resulta que la Organización de las Naciones Unidas, que surge a raíz de la II Guerra Mundial para garantizar la solución por via pacifica de posibles conflictos internacionales, acaba de firmar una resolución propiciando el estallido de una guerra de consecuencias imprevisibles...El no a la OTAN habría que ampliarlo ya a un no a la ONU, organismo al que, obviamente, tras esta actitud se autoincluye en el lado de los belicistas.

Y no me parece que mi afirmación sea una...

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Mi capacidad de comprensión de algunas posturas es, lo confieso, cada vez más escasa: ahora resulta que la Organización de las Naciones Unidas, que surge a raíz de la II Guerra Mundial para garantizar la solución por via pacifica de posibles conflictos internacionales, acaba de firmar una resolución propiciando el estallido de una guerra de consecuencias imprevisibles...El no a la OTAN habría que ampliarlo ya a un no a la ONU, organismo al que, obviamente, tras esta actitud se autoincluye en el lado de los belicistas.

Y no me parece que mi afirmación sea una simplificación tosca, como aseguraba en estos días un comentarista para quien esta resolución de la ONU es la única garante de la paz frente al monstruo árabe. Me pregunto quién se hubiera movilizado para salvar Kuwait si Kuwait no fuera igual a petróleo igual a intereses económicos de algunos... Me pregunto qué ha hecho la ONU ante otras invasiones, transgresiones, agresiones en tantos puntos, bien conocidos y no tanto, de nuestro mapamundi... Me pregunto quién, en último término, ha convertido a Sadam Husein en monstruo armado hasta la desproporción (si es que en cuestión de armas cabe proporción en algún caso) sino los intereses de todo tipo de sus hasta hace no mucho incondicionales: Estados Unidos y sus delfines...

Y pienso que la paz pasa necesariamente no por resoluciones de este tipo, que no tienen justificación posible, sino por la implantación en nuestro mundo de la justicia y el respeto de los pueblos.

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Las armas sólo sirven para enriquecer a algunos empobreciendo aún más a los otros, y para dejar tras de sí muerte y destrucción.

Mi no más rotundo a la resolución de la ONU, que es un no al militarismo, no al armamentismo, no a la guerra.-

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