Sálvese quien pueda

El Gobierno de EE UU busca medidas de urgencia para evitar la crisis de los grandes bancos

El Titanic financiero de Estados Unidos se ha confirmado. El Citicorp, la entidad bancaria más poderosa de este país, anunció la pasada semana que utilizará sus reservas, recortará su plantilla y reducirá sus dividendos. Otros bancos, como Chase Manhattan, Chemical, Manufacturers Harinc ver y Bank of New York, también están en apuros. Las autoridades financieras están tratando de encontrar las fórmulas para evitar lo que algunos consideran inevitable: la bancarrota bancaria.

Estados Unidos, curiosamente, es el país del mundo que recibe mayor inversión extranjera. Invertir en EE UU es un...

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El Titanic financiero de Estados Unidos se ha confirmado. El Citicorp, la entidad bancaria más poderosa de este país, anunció la pasada semana que utilizará sus reservas, recortará su plantilla y reducirá sus dividendos. Otros bancos, como Chase Manhattan, Chemical, Manufacturers Harinc ver y Bank of New York, también están en apuros. Las autoridades financieras están tratando de encontrar las fórmulas para evitar lo que algunos consideran inevitable: la bancarrota bancaria.

Estados Unidos, curiosamente, es el país del mundo que recibe mayor inversión extranjera. Invertir en EE UU es un negocio rentable, pero sólo para japoneses, holandeses, británicos y extranjeros con dinero fresco.Eso explica la compra del Rockefeller Center, la Metro-GoldwynMayer, la CBS Records y otras joyas por parte del capital exterior.Esta simple circunstancia indica algo tan sencillo como que la economía interna de este país está. cayendo en picado. Las dificultades del Citicorp son el reflejo de una grave crisis bancaria, que se suma al escándalo de las cajas de ahorro, las polémicas savings and loans y el propio déficit federal.

Los grandes bancos tienen en estos momentos un volumen de deudas procedentes de los créditos inmobiliarios similar al 14,5% de su capital total, lo que les coloca en un situación difícil si sus clientes no pagan sus compromisos. En Estados Unidos, el volumen de las deudas contraídas por la concesión de créditos de alto riesgo se eleva en algunos casos al 200% y al 400% e incluso al 600% de su activo total.

El Citicorp, por ejemplo, ha registrado en el año 1990 un 7,4% de préstamos insolventes como porcentaje del total de préstamos. El problema se repite en el Chase (6,2%), el Chemical (6,9%), el Manufacturers Hanover (6,9%) y el Bank of New York (4,2%).

Las autoridades financieras de EE UU están buscando las vías para solucionar esta situación y estructurar las medidas necesarias para paliar el coste que representará para los bancos el incumplimiento de los pagos crediticios.

Esta operación de salvamento será costosa porque el Gobierno tiene que tapar el agujero de las cajas de ahorro -50 billones de pesetas- y el galopante déficit federal.

Pese a estas úlceras, la Casa Blanca sabe que si los grandes bancos sufren, el país sufrirá. En este sentido, la Oficina de Supervisión del Ahorro ha establecido un plan que obligará a los bancos a contar con un cojín (le seguridad que evitará problemas en los casos de impagos o fluctuación de los índices de interés.

Alto riesgo

Por otro lado, la Corporación de Seguros de Depósitos Federales, el organismo que administra el sistema que asegura las cuentas bancarias, ha propuesto que las pólizas de seguro de los bancos aumenten según el nivel de riesgo. La agencia ha solicitado al Congreso que autorice esta propuesta para empezar a diseñar un sistema que permita a las instituciones bancarias más solventes pagar menores primas impositivas.Las dos propuestas indican que hay interés en apoyar a las instituciones más serias, a la vez que se apoya a los propietarios de los bancos a reducir sus negocios de alto riesgo, una práctica que ha llevado a los grandes bancos del país a una situación de crisis y a enfrentarse a deudas que en algunos casos se elevan a miles de millones de dólares.

Las autoridades federales que regulan la función bancaria de este país han puesto además en práctica un reglamento que nivelará los intereses de los créditos y el riesgo de los negocios. Con esta práctica, los clientes arriesgados sabrán que van a tener que pagar más, pero que no encontraran las puertas de los bancos cerradas a sus inversiones.

La OTS ha sido la primera agencia federal que ha regulado los intereses de algo riesgo, pero quizá es demasiado tarde. El presidente George Bush puede que también haya llegado tarde. El próximo año quiere enviar un plan de reforma bancaria al Congreso como parte de una nueva política que imponga una mayor "disciplina bancaria". Las dificultades del Citicorp son una señal clara de que la crisis ha llegado y que las propuestas federales y presidenciales eran necesarias hace unos anos, cuando EE UU estaba inmerso en la denominada revolución Reagan.

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