Paiporta vuelve a tentar a la suerte

"El pueblo es una olla a presión", señala sonriente Vicente Piles, propietario de la administración de lotería de la calle del Primero de Mayo, en la localidad valenciana de Paiporta, donde el pasado año se vendió el primer premio del gordo. "La fiebre de comprar números se ha apoderado del pueblo y del resto de España, porque este ano me han solicitado boletos de todos los lugares comenta mientras vende los pocos deémos que le quedan."Yo tengo en casa el charripaña preparado para festejar de nuevo el premio, y me conformo con que me toque lo mismo", grita Rosa Soriano, a la que le cave...

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"El pueblo es una olla a presión", señala sonriente Vicente Piles, propietario de la administración de lotería de la calle del Primero de Mayo, en la localidad valenciana de Paiporta, donde el pasado año se vendió el primer premio del gordo. "La fiebre de comprar números se ha apoderado del pueblo y del resto de España, porque este ano me han solicitado boletos de todos los lugares comenta mientras vende los pocos deémos que le quedan."Yo tengo en casa el charripaña preparado para festejar de nuevo el premio, y me conformo con que me toque lo mismo", grita Rosa Soriano, a la que le caveron más de tres millones de pesetas, que utilizó en reformar su casa. Rosa se ha gastado este año cerca de 250.000 pesetas en la lotería de Navidad. Y no es la única. Casi todos los habitantes de Paiporta, cerca de 15.000, han comprado cantidades elevadas de lotería con la esperanza de que la suerte les favorezca de nuevo. Después del gordo del pasado ano, que supuso cuantiosos ingresos para los bancos y cajas de ahorro del pueblo, la docena de entidades bancarias de Paiporta no han montado ningún dispositivo especial para hoy.

Aumentan las bodas

Paiporta, donde el pasado año se repartieron más de 5.000 millones, ha sufrido una notable transformación. Las bodas se han sucedido, la construcción de edificaciones de lo ha sido continua, y la regulación de automóviles de buenas marcas resulta habitual en este municipio, que, como declara su alcalde, Bartolomé Bas. no tiene deudas gracias a la lotería de Navidad. Sin embargo, la vida no ha variado demasiado."Había mucha gente pobre en el pueblo, y el reparto se ha notado mucho", destaca Vicente Piles, que este año ya ha vendido casi 100 millones de pesetas en décimos. "Recuerdo que en las tiendas se agotaron todos los productos y los concesionarios de coches se quedaron sin vehículos".

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