Cartas al director

La invasión de Palestina

No puedo negar que me siento un hombre afortunado por el hecho de haber asistido, aunque sólo sea en espíritu, a la caída del muro de Berlín y a la reunifícación de Alemania dividida. También me siento alborozado cuando me veo testigo del arriesgado proceso de la perestroika emprendido por Gorbachov para reconducir a la Unión Sovietica a un régimen de libertades, después de 70 años de autoritarismo y esclavitud, como asimismo al observar a varios países de Latinoamérica que caminan paulatinamente hacia la estabilidad democrática, y también del este europeo, sacudiéndose todos ellos el m...

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No puedo negar que me siento un hombre afortunado por el hecho de haber asistido, aunque sólo sea en espíritu, a la caída del muro de Berlín y a la reunifícación de Alemania dividida. También me siento alborozado cuando me veo testigo del arriesgado proceso de la perestroika emprendido por Gorbachov para reconducir a la Unión Sovietica a un régimen de libertades, después de 70 años de autoritarismo y esclavitud, como asimismo al observar a varios países de Latinoamérica que caminan paulatinamente hacia la estabilidad democrática, y también del este europeo, sacudiéndose todos ellos el marasmo Fatal de la dictadura, si bien es cierto que afrontando duras dificultades económicas y políticas, como en su día le ocurriera a España.Pero a la vez que me regocijo en este sentimiento de autocomplacencia, también me siento herido, humillado y hasta avergonzado de haber nacido en esta crucial etapa de la vida, cuando me entero del acuerdo tomado en la ONU, mediante el cual los países aliados contra Irak se dan licencia asimismo para hacer uso de la fuerza o, lo que es igual, liberarán sus perros de las cadenas y los azuzarán contra millones de seres inocentes de uno y otro bando que, en el fondo, nada tienen que ver ni con unos ni con otros.

Por supuesto que no voy a defender la actitud belicosa y suicida de Sadam Husein, porque tan insensato es él como aquellos que reconocen la guerra por cons , enso como un medio lícito para preservar la paz; una triste contradiceón si juegan a hacer justicia, supuesto que la decisión tomada en la ONU no ha sido otra cosa que un trapicheo de intereses y voluntades entre los países que la integran, siguiendo siempre el camino marcado, por Norteaniérica, olvidándose todos ellos de que también está invadida Palestina por Israel y Líbano por Siria. Entonces, ¿por qué no actúan esas mismas naciones precursoras de la equidad con esa contundencia y expulsan sus tropas a la fuerza de Gaza, Cisjordania, incluida Jerusalén, altos del Golán y Líbano, amén de otros países que han sido o son sometidos al vilipendio y chantaje de Norteamérica?- Cayetano Bretones.

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