Los cocineros del Doce de Octubre dicen que la olla que reventó estaba averiada

La olla que reventó en el hospital Doce de Octubre el pasado martes, causando quemaduras a cinco cocineros, estaba en mal estado, según denunciaron los trabajadores que ayer se concentraron en el vestíbulo del centro para pedir responsabilidades y protestar por el tratamiento dado al asunto por la dirección, que en un primer momento apuntó como causa del accidente un fallo humano. Las ollas y la cocina fueron reparadas durante la madrugada de ayer.

La casi totalidad de los 200 cocineros y pinches de las cocinas del hospital general y la maternidad, además de otros trabajadores y represe...

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La olla que reventó en el hospital Doce de Octubre el pasado martes, causando quemaduras a cinco cocineros, estaba en mal estado, según denunciaron los trabajadores que ayer se concentraron en el vestíbulo del centro para pedir responsabilidades y protestar por el tratamiento dado al asunto por la dirección, que en un primer momento apuntó como causa del accidente un fallo humano. Las ollas y la cocina fueron reparadas durante la madrugada de ayer.

La casi totalidad de los 200 cocineros y pinches de las cocinas del hospital general y la maternidad, además de otros trabajadores y representantes sindicales, se concentraron al mediodía de ayer en el vestíbulo "para pedir que se investigue quiénes son los culpables del accidente", según dijo Olga Martínez, de la Confederación General de Trabajadores.Dos de las trabajadoras heridas, Lourdes Martín Merino, de 56 años, y Virgina Martínez Navalo, de 58, fueron trasladadas a la Centro de Quemados de la Cruz Roja, con lesiones en el 20% y el 10% de su cuerpo. "Las quemaduras han sido en las piernas y en los brazos y no en la cara", dijo José María Rivera, director gerente del centro. "Al coger a las compañeras para curarlas se les despegaba la piel, y nos resbalábamos porque el suelo no es antideslizante", describió un testigo. Las otras tres heridas fueron atendidas en el hospital.

Los trabajadores mostraban ayer su extrañeza por la rapidez con que se repararon los desperfectos: en sólo una noche. Mientras que el martes, según un portavoz del Insalud, se podía ver córno uno de los cinco tornillos de sujección de la olla a presión había saltado, esparciendo la sopa de verduras sobre los cinco trabajadoras que estaban cerca, ayer la tapa estaba perfectamente colocada, el tornillo cambiado, al igual que una goma y el indicador de presión. "Queremos que las cocinas se pongan en funcionamiento lo antes posible", explicó Luis Jesús Rubio, director de gestión y personal.

Mientras se escuchaban gritos pidiendo la dimisión del equipo directivo, Olga Martínez insitió: "Lo importante es que se arreglen las cocinas para que no haya más accidentes". "Pediremos responsabilidades penales, y exigimos una investigación de los hechos por parte de una empresa ajena a este hospital", dijo. Purificación Tenet, del Grupo Pro Derechos Humanos Ciudadanos, explicó que los pinches cocinaron para los enfermos "dentro de sus capacidades técnicas". Los cocineros rehusaron trabajar para los médicos.

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