Triunfo del 'cura rojo' en Haití

Los tontons macoute no se han echado a la calle, ni el Ejército ha salido de los cuarteles para otra cosa que para garantizar el orden. Si hubo un día en que las urnas fueron inaccesibles, Haití, a pesar de todo, ha votado en calma el domingo 16 de diciembre. Ese es el primer y más significativo resultado de una cita electoral tan largamente esperada. (...)Este éxito se ha debido sobre todo al trabajo de las organizaciones internacionales, y en primer lugar de la ONU, que había enviado cerca de ochocientos observadores, muchos de ellos a pie de obra desde hacía varias sema...

Los tontons macoute no se han echado a la calle, ni el Ejército ha salido de los cuarteles para otra cosa que para garantizar el orden. Si hubo un día en que las urnas fueron inaccesibles, Haití, a pesar de todo, ha votado en calma el domingo 16 de diciembre. Ese es el primer y más significativo resultado de una cita electoral tan largamente esperada. (...)Este éxito se ha debido sobre todo al trabajo de las organizaciones internacionales, y en primer lugar de la ONU, que había enviado cerca de ochocientos observadores, muchos de ellos a pie de obra desde hacía varias semanas, para velar por la regularidad de la consulta. (...)

Pero la otra sorpresa importante de estas elecciones, que eclipsa incluso el hecho de que se hayan desarrollado con normalidad, es la victoria probable desde la primera ronda de uno de esos curas rojos de verbo exaltado que, más todavía que inquietar, desconciertan a las cancillerías extranjeras: un portavoz de la teología de la liberación, Jean Bertrand Aristide, cuyos incisivos sermones contribuyeron a la caída de Baby Doc en 1986, surgido directamente de las chabolas y de las profundidades de una Iglesia popular que actúa a menudo al margen de la Iglesia oficial. (...)

Sin programa definido, sin un partido en que apoyarse (...), Jean-Bertrand Aristide no parece tener, por el momento, otra fuerza que la del entusiasmo de sus compatriotas.

, 18 de diciembre