Suquía reafirma las ideas del documento de los obispos sobre la ética y la moral

El presidente de la Conferencia Episcopal, cardenal Ángel Suquía, se ratificó en la madrugada de ayer en el contenido del reciente documento episcopal sobre ética y moral. El cardenal, que llamó "dogmáticos" a los que han considerado "aberrantes" algunos de sus principios, hizo estas declaraciones al término de la celebración de la gran vigilia de la Inmaculada que congregó a más de 3.000 hombres en la basílica madrileña de la Merced.El cardenal Suquía ofició la celebración, que se prolongó durante cuatro horas y a la que sólo se permitió la entrada a hombres, con arreglo a una ya antigua trad...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

El presidente de la Conferencia Episcopal, cardenal Ángel Suquía, se ratificó en la madrugada de ayer en el contenido del reciente documento episcopal sobre ética y moral. El cardenal, que llamó "dogmáticos" a los que han considerado "aberrantes" algunos de sus principios, hizo estas declaraciones al término de la celebración de la gran vigilia de la Inmaculada que congregó a más de 3.000 hombres en la basílica madrileña de la Merced.El cardenal Suquía ofició la celebración, que se prolongó durante cuatro horas y a la que sólo se permitió la entrada a hombres, con arreglo a una ya antigua tradición. "Los hombres vencen así cierta vergüenza a cantar en público y se rnuestran más relajados que si compartieran el acto con las mujeres". comentaba uno de los organizadores. Casi un 30% de los asistentes eran menores de 25 años.

El acto mariano comenzó con el rezo del rosario, comentado por varios oradores juveniles. Posteriormente tuvo lugar la intervención de un orador seglar, quien durante 40 minutos lanzó una potente diatriba contra la camparia instituciorial que pretende evitar los embarazos juveniles y las enfermedades de transmisión sexual. "Si los preservativos no constituyen una barrera para los espermatozoides, menos lo van a ser para un virus como el del sida", dijo Abelardo de Armas, en mitad del altar mayor.

Muy diferente fue el lenguaje utilizado por el carderial Suquía durante su homilía, salpicada rítmicamente de alusiones a Satanás, el "Mal" y el "Maligno", y especialmente dirigida a los jóvenes. "La iglesia", dijo, "debe, no obstante, vivir vigilante. La hostilidad entre Cristo y Satanás no cesará hasta el fin de la historia", e insistió en que las únicas armas deben ser la oración y la perseverancia.

Archivado En