Los detenidos en comisarías ya comen caliente

La Dirección General de la Policía se gastará a partir de ahora 708 pesetas diarias en dar alimentos calientes a cada una de las personas que estén detenidas en las diversas comisarías y brigadas de Madrid. Hasta este momento, los detenidos eran alimentados con bocadillos de escaso valor nutritivo. Esta revolución, que supone la instalación de frigoríficos y microondas en las comisarías, está siendo contestada por algunos sindicatos policiales minoritarios.

Las personas que alguna vez han estado detenidas han podido comprobar las exquisiteces del menú que se sirve en las comisarí...

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La Dirección General de la Policía se gastará a partir de ahora 708 pesetas diarias en dar alimentos calientes a cada una de las personas que estén detenidas en las diversas comisarías y brigadas de Madrid. Hasta este momento, los detenidos eran alimentados con bocadillos de escaso valor nutritivo. Esta revolución, que supone la instalación de frigoríficos y microondas en las comisarías, está siendo contestada por algunos sindicatos policiales minoritarios.

Las personas que alguna vez han estado detenidas han podido comprobar las exquisiteces del menú que se sirve en las comisarías: bocadillo de mortadela, o, en el mejor de los casos, bocata de calamares recalentados.La Dirección de la Policía reconoce que el menú frío tenía grandes carencias nutricionales y ha emprendido "la humanización del trato a los detenidos".

Una empresa privada se encargará de servir a cada una de las 100 personas que por término medio son detenidas cada día en Madrid una dieta que constará de un desayuno de 20 centilitros de leche con cinco galletas; y un almuerzo y una cena compuestos de un primer plato de legumbres, cereales o verduras y un segundo plato de carne o pescado.

"La dieta diaria se ha elaborado pensando en un aporte mínimo de 2.100 calorías y 60 gramos de proteínas, además de las vitaminas indispensables, teniendo en cuenta las necesidades de una persona adulta desarrollando un régimen de vida sedentario, como es el caso de los detenidos mientras dura su situación", según un portavoz de la Dirección General de Policía.

La policía ha cuidado "con especial esmero" el aspecto sanitario, motivo por el que el material empleado para servir las comidas es de una sola utilización. El desayuno se suministrará en un envase hermético que contendrá la leche y las galletas. La comida y la cena se facilitarán en una bandeja que contendrá los dos platos ultracongelados, un pedazo de pan y cubiertos desechables e inofensivos.

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La empresa privada que ha obtenido la concesión de los alimentos para los detenidos ha instalado en todas las comisarías y brigadas de Madrid unos frigoríficos destinados a guardar los alimentos ultracongelados y un horno microondas con el que poder calentar las raciones.El citado portavoz de la Dirección General de Policía explicó: "Este nuevo sistema, además de facilitar una comida más nutritiva a los detenidos, tiene mejores condiciones sanitarias para evitar intoxicaciones o contagios".

La misma fuente añadió que "el sistema de ultracongelados goza de la flexibilidad suficiente para responder a las demandas de las diferentes dependencias", ya que unas comisarías albergan diariamente a un alto número de detenidos, mientras que en otras suele haber una cifra reducida.

El procedimiento de alimentos ultracongelados facilita su conservación y reduce los costes de transporte, "lo que ha permido fijar el precio del menú en 708 pesetas por persona y día", según indicó la misma fuente.

El coste de esta auténtica revolución en la maquinaria policial de la región de Madrid entraña un coste de tres millones de pesetas al mes. Es un sistema piloto que la Dirección General de Policía pretende extender al resto de las comisarías de España.

Policías progresistas consideran "muy positiva" la implantación del nuevo sistema, con el que será definitivamente desterrado el llamado bocadillo del preso. Hasta ahora, las comisarías de Madrid alimentaban a los detenidos a base de bocadillo (generalmente de mortadela o salchichón) adquiridos en alguno de los bares próximos. No se podía hacer otra cosa con un presupuesto de apenas 200 pesetas al día, aunque era frecuente que los agentes pusieran dinero de su propio bolsillo para mejorar el contenido con chorizo o jamón.

Las comisarías de la capital han sido equipadas con un frigorífico y un horno, además de un lote de lentejas y albóndigas para el almuerzo y otro de sopa y salchichas con champiñones para la cena. Pese a que el proyecto está en fase experimental, algunos sindicatos han mostrado su oposición por pensar que los funcionarios no son camareros ni tienen obligación de calentar la comida de los clientes del calabozo.

Félix Alonso Soria, jefe de la comisaría del distrito de Mediodía, es favorable al nuevo sistema, y sostiene que él mismo "estaría dispuesto a servir la comida a las personas privadas de libertad", aunque en su comisaría no ha habido quejas entre los policías. "El nuevo sistema", agregó, "supone un avance para la dignidad de los detenidos".

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