Nadie quiere hacerse cargo del SPD alemán tras su fracaso electoral

Nadie quiere hacerse cargo del Partido Socialdemócrata Alemán (SPD). La negativa del derrotado Oskar Lafontaine a ocupar la presidencia del SPD, ni siquiera la de su grupo parlamentario en Bonn, tiene al partido completamente paralizado. Se la ofreció su actual presidente, Hans Jochen Vogel, que ya ha anunciado su retirada, pero Lafontaine desea desaparecer de la escena pública, buscar cobijo en su feudo del Sarre y meditar su estrategia para el futuro. Pero ha dejado claro que no renuncia a ser candidato en las próximas elecciones.

El partido debe elegir un nuevo presidente antes del m...

Nadie quiere hacerse cargo del Partido Socialdemócrata Alemán (SPD). La negativa del derrotado Oskar Lafontaine a ocupar la presidencia del SPD, ni siquiera la de su grupo parlamentario en Bonn, tiene al partido completamente paralizado. Se la ofreció su actual presidente, Hans Jochen Vogel, que ya ha anunciado su retirada, pero Lafontaine desea desaparecer de la escena pública, buscar cobijo en su feudo del Sarre y meditar su estrategia para el futuro. Pero ha dejado claro que no renuncia a ser candidato en las próximas elecciones.

El partido debe elegir un nuevo presidente antes del mes de mayo y tiene por delante dos elecciones regionales, en Hesse y en Renania-Palatinado, en las que podría aprovecharse del reflujo que normalmente sigue a un triunfo tan notorio como el de la derecha el domingo pasado. La vieja guardia se muestra dispuesta a dejar paso a los jóvenes, pero con condiciones. "La continuidad es lo que hoy está en la agenda", dijo el ex canciller y presidente de honor del partido, Willy Brandt, "la renovación vendrá más tarde".Ante la perspectiva de vivir bajo la sombra de Lafontaine, guardándole la silla, ninguno de los llamados nietos de Brandt, gente como Gerhard Schroeder o Björn Engholm, está dispuesto a dar un paso adelante y hacerse cargo del partido. Entre los veteranos, descartado Vogel, así como el mismo Brandt, ya cercano a los 80, tan sólo podía pensarse como solución intermedia en el actual ministro presidente de Renania del Norte-Westfalia y ex candidato a la cancillería, Johannes Rau.

Hombre de prestigio, negociador, que dirige con éxito el land más poblado de Alemania, podría muy bien presidir un periodo de transición en el partido. Pero Rau tiene otros planes para el futuro y no quiere que se estropee su reputación en luchas internas, porque su real ambición es convertirse en presidente de Alemania, para lo que, se asegura, ya cuenta con el apoyo de Kohl.

La caída del antiguo alcalde de Berlín, el ambicioso Walter Momper, ha contribuido a complicar las cosas al haber dejado al partido sin alternativa. Las filtraciones de la primera reunión de la cúpula del SPD tras las elecciones Indican que Lafontaine se quejó amargamente de las puñaladas por la espalda" propinadas por gente de su propio partido durante la campaña electoral, en especial la del ex canciller Helmut Schmidt.

Nadie está seguro tampoco de qué es lo que pretende el derrotado candidato socialdemócrata. Mientras algunos están convencidos de que, tras un breve periodo de descanso y reflexión, volverá para hacerse cargo del partido presentándose como el salvador, otros aseguran que el líder del Sarre está realmente harto de la política. Que los efectos del atentado que estuvo a punto de costarle la vida tan sólo empiezan a notarse ahora.

Mientras el SPD se lame las heridas, los efectos derivados del corrimiento hacia la derecha del electorado alemán causan problemas también en la victoriosa coalición gubernamental. El canciller Helmut Kohl abrió ayer la ronda de negociaciones para formar Gobierno marcadas ya por el claro enfrentamiento entre los liberales (FDP) y los socialcristianos bávaros (CSU), los dos partidos que han formado hasta ahora la coalición con la CDU.