El Gobierno de Thatcher presenta un presupuesto ligeramente expansionista

John Major, ministro de Hacienda británico, presentó ayer un presupuesto contenidamente expansionista para el próximo año fiscal. El Gobierno de Margaret Thatcher proyecta contener la inflación, pero al mismo tiempo va a incrementar la inversión en áreas de interés electoral como sanidad, seguridad social y educación.

La oposición reprochó a Major que no reconociera que el país está en plena recesión y dudó que su optimista proyección inflacionaria no se vaya a ver, por quinta vez consecutiva, desautorizada por la realidad.

La marcha de la economía y, en particular, la tasa...

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John Major, ministro de Hacienda británico, presentó ayer un presupuesto contenidamente expansionista para el próximo año fiscal. El Gobierno de Margaret Thatcher proyecta contener la inflación, pero al mismo tiempo va a incrementar la inversión en áreas de interés electoral como sanidad, seguridad social y educación.

La oposición reprochó a Major que no reconociera que el país está en plena recesión y dudó que su optimista proyección inflacionaria no se vaya a ver, por quinta vez consecutiva, desautorizada por la realidad.

La marcha de la economía y, en particular, la tasa de inflación serán los elementos capitales que guiarán a los votantes en las elecciones generales que han de celebrarse no más allá de junio de 1992. Major describió ayer un panorama actual poco alentador, con un crecimiento de la economía para finales de año del 1%, que lleva seis meses a la baja y seguirá así durante el primer trimestre del año entrante.

Durante el año fiscal 1991-1992, el Gobierno proyecta gastar 200.000 millones de libras, ligeramente por encima de lo previsto, pero sin llegar a rebasar la barrera de los ingresos fiscales, en contra de lo que se venía especulando en los últimos días. Los renglones más favorecidos serán sanidad, seguridad social y servicios municipales, seguidos ole educación, transportes y medio ambiente, todos ellos elementos con los que Thatcher desea granjearse la aprobación pública.

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