Desbloqueada la negociación para llevar el metro al Anillo Olímpico de Barcelona

El presidente de la Generalitat de Cataluña, Jordi Pujol, y el ministro de Transportes, José Barrionuevo, consiguieron desbloquear ayer en Madrid la negociación sobre la financiación de la nueva línea 2 del metro barcelonés, cuya construcción es esencial para conectar la montaña de Montjuïc -donde se concentran las principales instalaciones olímpicas- con el centro de la ciudad.El acuerdo, que todavía debe perfilarse en sus aspectos técnicos, pone fin a un agrio contencioso que se ha prolongado durante tres largos años y que ha enfrentado principalmente al Ayuntamiento de Barcelona -valedor de...

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El presidente de la Generalitat de Cataluña, Jordi Pujol, y el ministro de Transportes, José Barrionuevo, consiguieron desbloquear ayer en Madrid la negociación sobre la financiación de la nueva línea 2 del metro barcelonés, cuya construcción es esencial para conectar la montaña de Montjuïc -donde se concentran las principales instalaciones olímpicas- con el centro de la ciudad.El acuerdo, que todavía debe perfilarse en sus aspectos técnicos, pone fin a un agrio contencioso que se ha prolongado durante tres largos años y que ha enfrentado principalmente al Ayuntamiento de Barcelona -valedor de esta línea- con la Generalitat.

La solución, sin embargo, llega demasiado tarde como para conseguir que la línea entre en servicio a tiempo de la celebración de los Juegos Olímpicos de 1992, algo que está ya técnicamente descartado. Los accesos a la montaña deberán resolverse a través de líneas de autobuses y de escaleras mecánicas.

Pese a ello, el Ayuntamiento de la ciudad no ha dejado de insistir en ningún momento sobre la conveniencia de llevar el metro -y cuanto antes, mejor- hasta Montjuïc, con el fin de rentabilizar las enormes inversiones (32.500 millones de pesetas) que se han destinado a la construcción de las instalaciones olímpicas.

El acuerdo reparte entre ambas administraciones (12.000 millones de pesetas, el Gobierno, por 24.000 millones, la Generalitat) las inversiones en la red de metro de Barcelona entre 1990 y 1993, a falta de concretar todavía el ritmo de las obras y el calendario de los pagos.

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