Alumnos de la escuela 'Si lo sé, no vengo' realizan tareas ajenas a su formación

Un grupo de alumnos de la escuela-taller de recuperación ecológica de Fuenlabrada ha denunciado las deficiencias educativas y formativas que se han venido produciendo desde que se inició hace dos años este proyecto. Los jóvenes, que se sienten explotados, afirman haber tenido "la desgracia de caer en manos de esta escuela", a la que denominan Si lo sé, no vengo. Incluso han llegado a afirmar que, en medio de este caos organizativo, las clases de formación sirven para jugar a las cartas, al dominó y al trivial, que incluso facilitan los propios capataces.

El coordinador de empleo juvenil...

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Un grupo de alumnos de la escuela-taller de recuperación ecológica de Fuenlabrada ha denunciado las deficiencias educativas y formativas que se han venido produciendo desde que se inició hace dos años este proyecto. Los jóvenes, que se sienten explotados, afirman haber tenido "la desgracia de caer en manos de esta escuela", a la que denominan Si lo sé, no vengo. Incluso han llegado a afirmar que, en medio de este caos organizativo, las clases de formación sirven para jugar a las cartas, al dominó y al trivial, que incluso facilitan los propios capataces.

El coordinador de empleo juvenil de Fuenlabrada, conocido entre los alumnos como El Nazi, afirma que la mayor parte de los jóvenes que vienen hacen lo posible por trabajar poco y que encima de su mesa ha llegado a tener el suficiente número de faltas graves como para expulsar a muchos de ellos.Según un comunicado elaborado por 55 jóvenes, cuando entraron en esta escuela-taller se les vendió un proyecto maravilloso de formación y cualificación, "pero enseguida entendimos que nos habían vendido una moto". Según una de las alumnas, "esto es una mierda y perdemos el tiempo". Asimismo, también se indica que en algunas clases formativas se ha aprendido a dominar el trivial o a jugar a las cartas y al dominó.

Juan Gallego afirma que no quiere entrar en algunas cuestiones subjetivas. "Este proyecto no lo he hecho yo; puede que en algún momento no sea entretenido, pero sobre el papel es interesante, forma especialistas en jardinería e incluso algunos de ellos han sido reclamados por empresas privadas de la zona".

Esta escuela-taller de recuperación ecológica comenzó en abril de 1988 gracias a un convenio con el Inem. Tras tres años de permanencia se obtiene una cualificación profesional como oficial de jardinería. Seis capataces dan las clases prácticas, que, según los alumnos, en ocasiones no tienen nada que ver con el proyecto de la escuela-taller. "Hemos llegado incluso a barrer, trasladar mobiliario escolar u otras tareas", acusan.

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