Tribuna:

No hay salida

No hay salida. Ni las declaraciones animosas al más alto nivel, ni el maquillaje trimestral aplicados por las instituciones a un buen número de valores han conseguido hacer reaccionar al mercado madrileño, que ayer cosechó un nuevo mínimo anual. Continúa la incertidumbre, pesa la situación que atraviesan los mercados financieros internacionales y prosigue la labor de adaptación al mal momento. La voluntad, cuando todas las circunstancias están en contra, no basta para levantar el árbol caído.La bolsa ha tratado de resistir, pero la actualidad es demasiado adversa y no hay hueco para el optimis...

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No hay salida. Ni las declaraciones animosas al más alto nivel, ni el maquillaje trimestral aplicados por las instituciones a un buen número de valores han conseguido hacer reaccionar al mercado madrileño, que ayer cosechó un nuevo mínimo anual. Continúa la incertidumbre, pesa la situación que atraviesan los mercados financieros internacionales y prosigue la labor de adaptación al mal momento. La voluntad, cuando todas las circunstancias están en contra, no basta para levantar el árbol caído.La bolsa ha tratado de resistir, pero la actualidad es demasiado adversa y no hay hueco para el optimismo. Se aguanta como se puede y ya es bastante. A estas alturas, ha calado la idea de que toda mala situación puede empeorar y se obra en consecuencia. Quien por casualidad, o por sabiduría, se encuentra con la posibilidad de recoger plusvalías no deja para otro momento la labor de cosecha. Se afirma que la bolsa está sobrevendida, pero los más realistas consideran que parte de lo más aparente de la fachada bursátil puede sufrir nuevos desconchados. Sólo los rumores sobre movimientos estratégicos en la recomposición de carteras hace asomar la sombra de mejores tiempos. Ayer, sólo el grupo de sociedades de inversión consiguió recuperar posiciones.

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