Viajar en autobús
Se hacen frecuentemente campañas en favor del transporte público para paliar los problemas que origina el tráfico de vehículos particulares. Todo esto es fantástico, pero, lamentablemente, en muchas ocasiones este tipo de transporte deja mucho que desear. Sugeriría a la Empresa Municipal de Transportes que, aparte de dar un buen servicio y enseñar a sus conductores a manejar un autobús, debería dotarles de un mínimo cambio de monedas y además inculcarles un pico de amabilidad hacia los usuarios.Me remito al pasado 1 de septiembre, sábado, cuando después de permanecer casi 40 minutos en la plaz...
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Se hacen frecuentemente campañas en favor del transporte público para paliar los problemas que origina el tráfico de vehículos particulares. Todo esto es fantástico, pero, lamentablemente, en muchas ocasiones este tipo de transporte deja mucho que desear. Sugeriría a la Empresa Municipal de Transportes que, aparte de dar un buen servicio y enseñar a sus conductores a manejar un autobús, debería dotarles de un mínimo cambio de monedas y además inculcarles un pico de amabilidad hacia los usuarios.Me remito al pasado 1 de septiembre, sábado, cuando después de permanecer casi 40 minutos en la plaza del Conde de Casal esperando al autobús 63, procedente de la urbanización Santa Eugenia, a las 18.30 aparece por fin el ansiado vehículo, encontrándonos mi hija y yo con la sorpresa de que el conductor nos dice que nos tenemos que bajar pues no dispone de cambio de 1.000 pesetas.
¿Es tan difícil para la EMT dotar a sus conductores de vanas monedas para poder cambiar? Lo que sí está muy claro es que a estas personas que atienden un servicio público habría que darles cursillos de comprensión y condescendencia.-