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La Bolsa sigue convirtiéndose de día en día en un mercado sólo apto para profesionales. Los volúmenes de negocio permanecen estancados en Barcelona por debajo de la cota de 1.000 millones de pesetas efectivas diarias. Se observa una clara corriente hacia la concentración del negocio en un grupo de valores con una característica común: la liquidez. Los tiempos que corren no están para aventuras y son varios los requisitos que deben cumplir los valores elegidos: fácil entrada y salida, dividendo asegurado, buen PER (relación entre el precio pagado en bolsa y el beneficio) y capacidad de elevació...

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La Bolsa sigue convirtiéndose de día en día en un mercado sólo apto para profesionales. Los volúmenes de negocio permanecen estancados en Barcelona por debajo de la cota de 1.000 millones de pesetas efectivas diarias. Se observa una clara corriente hacia la concentración del negocio en un grupo de valores con una característica común: la liquidez. Los tiempos que corren no están para aventuras y son varios los requisitos que deben cumplir los valores elegidos: fácil entrada y salida, dividendo asegurado, buen PER (relación entre el precio pagado en bolsa y el beneficio) y capacidad de elevación de precios. De lo contrario, los técnicos recomiendan la seguridad de la renta fija y de los activos monetarios.Por desgracia para los bolsistas, los temores a una suave subida de los tipos de interés parecen tomar fuerza, y algunos grandes bancos anuncian subidas de sus preferenciales, tras el aviso dado la semana pasada por el interbancario. La peseta ha cedido terreno frente a algunas divisas fuertes y nadie descarta una subida de los tipos de referencia. El ajuste anunciado no beneficia precisamente a la Bolsa y es preciso ser conscientes de que la crisis del Golfo que se abrió en el ferragosto está a punto de instalarse en pleno otoño.

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