Cartas al director

Telefónica y La Habana

Hablar desde Asturias por teléfono con La Habana es una tarea que no está al alcance de cualquiera, pues requiere disponer de un tiempo no inferior a seis horas, y la mayor parte de las veces tener que oír de parte de las personas encargadas de estos servicios la cantaleta de que las líneas están mal con Cuba. Por el contrario, hablar desde La Habana con Asturias es una cosa normal y rápida. Si uno se pone al habla con la supervisora de intemacional, empieza a echar balones fuera, nada te resuelve y da la sensación de que este problema no tiene solución.Antes, me refiero a los años 1984-1985, ...

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Hablar desde Asturias por teléfono con La Habana es una tarea que no está al alcance de cualquiera, pues requiere disponer de un tiempo no inferior a seis horas, y la mayor parte de las veces tener que oír de parte de las personas encargadas de estos servicios la cantaleta de que las líneas están mal con Cuba. Por el contrario, hablar desde La Habana con Asturias es una cosa normal y rápida. Si uno se pone al habla con la supervisora de intemacional, empieza a echar balones fuera, nada te resuelve y da la sensación de que este problema no tiene solución.Antes, me refiero a los años 1984-1985, no existía este problema; pero hace unos tres años se ha puesto imposible. Ya empieza el problema al marcar el 91-91, que tarda, a veces, sobre todo los domingos, una hora en contestar.

Si Telefónica no fuese un monopolio, con toda seguridad no tendríamos este problema.-

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