Una ciudad sin sed

Hace 26 años que Madrid no conoce las restricciones de agua

Madrid no cuenta ni con un río importante que le abastezca, ni con lluvias regulares. A pesar de esto, no conoce restricciones desde el año 1964, y además consume 30.000 litros de agua por segundo, lo que equivale a una media de 300 litros de agua diaria por habitante. Este derroche de agua se produce mientras que otras ciudades importantes del país, como Bilbao o Vitoria, tienen serios problemas por la falta de agua, y en algunos pueblos incluso llegan a ducharse con agua envasada.

Por 60 céntimos el litro, el Canal de Isabel II vende su agua a los madrileños. El canal, inaugurado en e...

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Madrid no cuenta ni con un río importante que le abastezca, ni con lluvias regulares. A pesar de esto, no conoce restricciones desde el año 1964, y además consume 30.000 litros de agua por segundo, lo que equivale a una media de 300 litros de agua diaria por habitante. Este derroche de agua se produce mientras que otras ciudades importantes del país, como Bilbao o Vitoria, tienen serios problemas por la falta de agua, y en algunos pueblos incluso llegan a ducharse con agua envasada.

Por 60 céntimos el litro, el Canal de Isabel II vende su agua a los madrileños. El canal, inaugurado en el año 1851, bajo el mandato del presidente Bravo Murillo, recoge en 13 embalses el agua de los ríos Lozoya, Jarama, Manzanares, Alberche, Guadalix, Sorbe, Guadarrama, Aulencia, Samburiel, Navalmedio y La Jorosa.Gracias a canales de dimensiones faraónicas que se estrechan y ramifican al llegar al asfalto, el agua de los embalses se reparte por casi toda la Comunidad Autónoma de Madrid. En casos como el del embalse Picadas, perteneciente al río Alberche y que sólo se utiliza en casos urgentes, pueden llegar a la capital tres metros cúbicos de agua por segundo. Por el camino, un sofisticado sistema de depuración y tratamiento limpia el agua procurando que el sabor sea lo más puro posible.

En el canal cuentan con orgullo cómo, en un reciente concurso que organizó una revista de gourmets para descubrir qué agua mezclaba mejor con el whisky, la del canal, que competía con las mejores aguas envasadas, quedó la segunda.

Un "modélico sistema hidráulico", creado y mejorado a lo largo de un siglo y medio, riega a los madrileños con mayor o menor presión, pero sin restricciones. Mientras que otras ciudades importantes del país se ven obligadas a prescindir del agua durante muchas horas diarias en los meses de verano, o todo el año, como ocurre en algunas islas de Canarias y Baleares, en Madrid, como dice Castro, la gente adopta actitudes anglosajonas, como la de mantener el césped perfecto en mitad del páramo.

Un año sin llover

Los meses de junio julio y agosto son los de mayor consumo de agua en Madrid, y el de enero, el de menos. La última vez que hubo sequía fue hace siete años, en 1983, y no se llegaron a hacer restricciones. La alarma saltó cuando no llovió durante más de un año, y el Canal de Isabel II se vio obligado a lanzar una campaña de prevención ante la posible faltade agua.Diez consejos se difundieron por colegios, portales y centros de trabajo: ducharse, en lugar de bañarse; en la ducha, cerrar el grifo durante el enjabonado; al ducharse, tapar la bañera y retener el agua, y con ella regar plantas y fregar suelos; no usar el lavabo a caño abierto; no tirar nada en el inodoro que obligue a usar innecesariamente la cisterna; colocar, en la cisterna del inodoro, una o dos botellas llenas de agua para reducir su capacidad y, por tanto, el gasto de agua, o cerrar ligeramente las llaves de paso, para disminuir la cantidad de agua que sale por los grifos.

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Según responsables del Canal de Isabel II, aquel año la gente siguió, más o menos, estos consejos, y fue solidaria. Muchos, incluso, siguieron aplicando estas medidas pasada la alarma. Lo cierto es que los madrileños están acostumbrados a no carecer de agua, y, como señala José Castro, "el consumo de agua en Madrid crece sin parar".

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