El alcalde de Madrid evita la polémica sobre la muerte del policía

El alcalde de Madrid, Agustín Rodríguez Sahagún, rechazó ayer entrar en la polémica suscitada por la muerte del policía municipal Ángel Antonio Pineda Gómez durante un atraco perpetrado el pasado viernes en una joyería de Vallecas. El funeral se celebró ayer por la mañana en la catedral de San Isidro.

Al ser requerido por los periodistas para contestar a las acusaciones del grupo municipal del PSOE, que sostenían que la policía local está mal dotada de medios técnicos y de formación especializada, el alcalde contestó: "Me parece lamentable que se utilicen estas circunstancias como a...

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El alcalde de Madrid, Agustín Rodríguez Sahagún, rechazó ayer entrar en la polémica suscitada por la muerte del policía municipal Ángel Antonio Pineda Gómez durante un atraco perpetrado el pasado viernes en una joyería de Vallecas. El funeral se celebró ayer por la mañana en la catedral de San Isidro.

Al ser requerido por los periodistas para contestar a las acusaciones del grupo municipal del PSOE, que sostenían que la policía local está mal dotada de medios técnicos y de formación especializada, el alcalde contestó: "Me parece lamentable que se utilicen estas circunstancias como arma en una batalla política".

En su primera comparecencia pública después de su estancia en Ciudad de México con motivo de una semana cultural madrileña que le impidió acudir al sepelio del policía asesinado, Rodríguez Sahagún se limitó a seguir emocionado la homilía del canónigo mayor de la catedral, Secundino Jiménez, que pidió "por los que murieron, por los que los mataron, y por nosotros, que con nuestra actitud tal vez tuvimos algo de culpa".

Al funeral asistieron además de la viuda, familiares, amigos y compañeros de Pineda, el primer teniente de alcalde, José María Álvarez del Manzano, que tampoco había asistido al entierro, así como otros miembros del gobierno municipal y de la oposición, y la delegada del Gobierno, Ana Tutor.

Al salir del templo, Fernando Bocanegra, concejal de Seguridad, afirmó: "No se puede utilizar políticamente el dolor de los miembros de la policía". "Es impensable que todos los policías tengan que ir con un chaleco antibalas por la calle, salvo en casos especiales".

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