Consecuencias económicas de la crisis del golfo

Miedo al miedo

La bonanza de la que han venido disfrutando las economías occidentales desde la segunda mitad de los años ochenta corre el peligro de llegar a su fin. El miedo a que el conflicto desatado tras la invasión de Kuwait por parte de Irak desemboque en una guerra ha provocado un importante incremento en el precio del petróleo, seguido de fuertes descensos en los mercados de valores.Desde comienzos de los 80, los almacenamientos de los países industriales son sustanciales -una media de 90 días para los miembros de la Agencia Internacional de la Energía-, al tiempo que se han desarrollado energías alt...

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La bonanza de la que han venido disfrutando las economías occidentales desde la segunda mitad de los años ochenta corre el peligro de llegar a su fin. El miedo a que el conflicto desatado tras la invasión de Kuwait por parte de Irak desemboque en una guerra ha provocado un importante incremento en el precio del petróleo, seguido de fuertes descensos en los mercados de valores.Desde comienzos de los 80, los almacenamientos de los países industriales son sustanciales -una media de 90 días para los miembros de la Agencia Internacional de la Energía-, al tiempo que se han desarrollado energías alternativas y políticas de mayor ahorro.

El alboroto que viven los mercados, no es producto, pues, de la escasez de crudo -al menos a corto plazo-, sino del miedo a un conflicto armado que supondría la paralización de la producción, ya que los pozos son el primer objetivo del enemigo. Y Arabla Saudí, Irak y Kuwait poseen el 49% de las reservas mundiales.

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El derrumbe

El ambiente prebélicio que se vive en el golfo Pérsico ha disparado el precio del petróleo hasta los 32 dólares, es decir, el doble que hace un mes, y ello, a su vez, ha supuesto el derrumbre de las principales bolsas.

Los mercados de valores han caído por dos razones fundamentales. La primera, porque las perspectivas de que el precio del crudo siga creciendo hace que se trasvase dinero de las bolsas al mercado de materias primas. Y la segunda, por las incertidumbres que en la renta variable provoca el rebrote inflacionista que, según los expertos, cabe esperar dé la situación.

El encarecimiento del petróleo en los países consumidores va a hacer subir el índice de precios. Para frenarlos deberán aumentarse los tipos de interés, con lo que financiar las inversiones va a ser más caro y se paralizará la creación de riqueza (el crecimiento). El temor a que en esa situación muchas empresas vean amenazada su superviviencia, o no puedan garantizar unas rentabilidades atractivas desplaza el dinero hacia títulos que resultan más beneficiosos, como la renta fija.

Al mismo tiempo, en épocas de crisis económica, el dinero busca refugio también en valores más sólidos. Es el caso del oro (su cotización ya ha subido desde los menos 370 dólares/onza en que se hallaba poco antes del estallido de la crisis, hasta los 413,7 dólares con que cerraba ayer en Londres), el franco suizo, respaldado por una sólida economía y, hasta ahora el dólar. Sin embargo, el billete verde se debate entre las bajas provocadas por la mala situación de la economía norteamericana y el alza que causa una mayor demanda porque el petrólero se paga en esa divisa.

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