GUERRA EN EL GOLFO

El dilema de la información

V. C., Mientras Israel vive bajo la amenaza iraquí, sus dirigentes se enfrentan a un dilema, el de cómo conjugar la necesidad de calmar las preocupaciones de la opinión pública y evitar el pánico con la necesidad también Ímperativa de disuadir al presidente iraquí, Sadam Husein, de que no se lance a una eventual aventura militar contra Israel. Mientras, las autoridades israelíes han pedido a la prensa de su país que no contribuya a crear un clima de pánico.

Si, por ejemplo, tranquilizan demasiado a la población -minimizando los peligros de los misiles iraquies y subrayando que estos pro...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

V. C., Mientras Israel vive bajo la amenaza iraquí, sus dirigentes se enfrentan a un dilema, el de cómo conjugar la necesidad de calmar las preocupaciones de la opinión pública y evitar el pánico con la necesidad también Ímperativa de disuadir al presidente iraquí, Sadam Husein, de que no se lance a una eventual aventura militar contra Israel. Mientras, las autoridades israelíes han pedido a la prensa de su país que no contribuya a crear un clima de pánico.

Si, por ejemplo, tranquilizan demasiado a la población -minimizando los peligros de los misiles iraquies y subrayando que estos proyectiles no tienen cabeza química-, corren el riesgo de dormir a la opinión Israelí, perjudicando, si la situación lo exigiese, el nervio de una eventual movilización.

Además, si se insiste en tranquilizar a la población, Husein puede acabar creyendo que el país se halla debilitado y que no está preparado psicológicamente para la guerra; en suma, que Israel tiene miedo.

Los israelíes no han superado todavía el trauma del conflicto de octubre de 1973 -la guerra de Yom Kipur-, que cogió por sorpresa al Gobierno y al Estado Mayor después de que el entonces ministro de Defensa, Moshe Dayán, reiterara en diversas ocasiones que los árabes no se atreverían a atacar.

El actual portavoz del ejército, el teniente general Nahman Shay, admite: "Todos estamos impregnados del trauma de 1973"; para añadir: "Diremos la verdad al público israelí". Según otro oficial, el problema que se producía en la vigilia de octubre de 1973 no era, como se decía oficialmente, que no se preveía la proximidad de una guerra, sino que "Israel no se preparaba sobre el terreno" ante la posibilidad de un conflicto.

La prensa israelí, libre pero patriótica, también se halla ante un dilema: la contradicción entre el deber de revelar al público lo más posible, de imprimir todo lo que es interesante y significativo, y el deber patriótico y la responsabilidad nacional.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Petición a la prensa

El ministro de Defensa, Moshe Arens, acaba de pedir a los redactores jefes de los periódicos israelíes que no contribuyan a crear un clima de pánico.

Yaacov Erez, redactor del po-pular periódico Maariv, cuenta que cuando era corresponsal militar de este diario, a finales del verano de 1973, fue enviado a hacer un reportaje sobre la situación en el Sinaí y el canal de Suez. Observó entonces una intensa actividad militar en el lado egipcio del canal. Se cavaban trincheras, se hacían avanzar tanques y se transportaban grandes cantidades de equipo militar.

La censura militar israelí cortó los principales párrafos del reportaje de Erez. "No se trataba de un secreto militar israelí, pues, como mucho, lo era para los egipcios. Entonces, ¿por qué lo hicieron? Sin duda, para evitar el pánico", dice ahora Yaacov Erez, que ha colgado el reportaje censurado sobre la pared, frente a su mesa.

Archivado En