Las películas exhibidas en la televisión italiana podrán tener cortes publicitarios

Las películas que se exhiban en las televisiones italianas podrán tener al menos tres cortes publicitarios, según una enmienda aprobada ayer en la Cámara de los Diputados italiana que modifica una parte del proyecto de ley de televisión propuesta por el Senado. Este rechazo supone un duro golpe para el director de cine Federico Fellini y para un significativo grupo de hombres de la cultura italiana que mantenían una fuerte campaña para que las películas se exhibieran en televisión sin cortes

El inicio del debate en el Parlamento italiano de la nueva ley de televisión conlleva el riesgo ...

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Las películas que se exhiban en las televisiones italianas podrán tener al menos tres cortes publicitarios, según una enmienda aprobada ayer en la Cámara de los Diputados italiana que modifica una parte del proyecto de ley de televisión propuesta por el Senado. Este rechazo supone un duro golpe para el director de cine Federico Fellini y para un significativo grupo de hombres de la cultura italiana que mantenían una fuerte campaña para que las películas se exhibieran en televisión sin cortes

El inicio del debate en el Parlamento italiano de la nueva ley de televisión conlleva el riesgo de crisis de Gobierno de la coalición de democristianos, socialistas, socialdemócratas, republicanos y liberales. La manzana de la discordia se ha planteado en la lucha entre la izquierda democristiana, presente en el Gobierno y capitaneada por el ex primer ministro Ciriaco de Mita, apoyada por el partido comunista, y el resto del Gobierno, sobre todo los socialistas.El enfrentamiento se ha hecho todavía más patente por una parte entre De Mita y Silvio Berlusconi, el magnate italiano de la comunicación, y por otra parte entre De Mita y el lider socialista Betino Craxi, antagonistas políticos desde siempre. De Mita acusa a Craxi de haber actuado con favoritismo en relación con las cadenas de televisión privada de Berlusconi y de haber dañado por el contrario al servicio público de la television italiana encarnado en la RAI. Por su parte Craxi acusa al líder de la izquierda democristiana, que representa un tercio del partido, de haberse aliado en el tema de la televisión con los comunistas para provocar una crisis en el Gobierno de Andreotti.

Transformaciones

La ley de televisión sufrió algunas transformaciones en el Senado, en relación con la publicidad, debido a que a los votos comunistas de la oposición se habían unido los de la izquierda democristiana, que rompió la disciplina del voto y logró aprobar un artículo por el que tan sólo se permitía un corte publicitario en las películas que se pasen por televisión. El Gobierno prometió entonces que el Parlamento revocaría la decisión adoptada por el Senado a la que considerada una "traición gubernamental" de la izquierda democristiana.Pero De Mita, un meridional de cultura griega que se formó en Milán, no es hombre que cede fácilmente y se la tiene jurada a Andreotti y Craxi, que lo derribaron primero de su trono de secretario del partido y después de presidente del Gobierno para crear el CAF, la alianza conservadora Craxi-Andreotti-Forlani. No es extraño, por ello, que la ley sobre la televisión haya traído de cabeza a Andreotti, poniendo en vilo a su Gobierno cada día que pasaba.

Para evitar tal peligro el Gobierno presentó una serie de enrniendas a la ley con el objetivo de que fueran aceptadas y votadas por todos los partidos del Gobierno y que no disgustaran a la izquierda democristiana. Los caballos de batalla eran dos: la interrupción publicitaria de las películas y de las obras de arte en general, y las limitaciones existentes para la RAI de emitir publicidad por el hecho de que en Italia se paga una tasa a la televisión pública, mientras que la televisión privada de Berlusconi tiene las manos libres para emitir publicidad.

Andreotti ha presentado al Parlamento el fruto de un extenuante compromiso que prácticamente había sido aceptado por todos pero que al final ha vuelto a remover las aguas de la patrulla de De Mita porque al último momento se había olvidado en el texto algo que parecía secundario pero que se ha descubierto ser el "gran embrollo", como lo ha titulado Il Manifesto.

Lo que había aceptado la izquierda democristiana era que en las interrupciones publicitarias de las películas se respetara la norma de la CEE: una interrupción cada 45 minutos y colocadas antes, en medio y después de la película. Había una diferencia: que cuando la película dura más de 90 minutos se pueda hacer una interrupción más.

En relación con la emisión de publicidad, la izquierda democristiana pedía que no se discriminara a la RAI y que se le pusiera al unísono con la privada o bien que se pusiera un límite a ambas. Todo iba bien hasta que, en el momento de presentar las nuevas propuestas del Gobierno al Parlamento, el ministro de Telecomunicaciones, Oscar Mammi, republicano, advirtió que se había olvidado de añadir una cosa: que las nuevas normas de la CEE sobre la Interrupción publicitaria de las obras de arte no entrarían en vigor hasta enero de 1993, para permitir al imperio de Berlusconi dar salida al almacén de películas en su poder y de la publicidad ya contratada.

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