La Policía de Aire y Fronteras y la Gendarmería francesas dejan de investigar a ETA

La reestructuración de los servicios policiales en Francia retira a la Policía de Aire y Fronteras (PAF) y a la Gendarmería la competencia en materia antiterrorista que en los últimos años llevaban desempeñando en el suroeste francés. La PAF se había especializado en la lucha contra los activistas de ETA, mientras que los gendarmes llevaban el control de la organización Iparretarrak (Los del Norte).

Serán los integrantes del Servicio de Información General de la Policía Judicial los que los próximos días se encarguen de estos temas. Las dos últimas operaciones de importancia contra ETA,...

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La reestructuración de los servicios policiales en Francia retira a la Policía de Aire y Fronteras (PAF) y a la Gendarmería la competencia en materia antiterrorista que en los últimos años llevaban desempeñando en el suroeste francés. La PAF se había especializado en la lucha contra los activistas de ETA, mientras que los gendarmes llevaban el control de la organización Iparretarrak (Los del Norte).

Serán los integrantes del Servicio de Información General de la Policía Judicial los que los próximos días se encarguen de estos temas. Las dos últimas operaciones de importancia contra ETA, el desmantelamiento de una parte de la infraestrucutra, en el mes de diciembre, de la organización terrorista en Anglet, y la desarticulación del llamado comando itinerante francés, a raíz de la detención en Sevilla de Henry Parot, fueron realizadas por agentes de estos dos cuerpos policiales.Los destacamentos de la PAF y de la Gendarmería, ubicados en el País Vasco francés, fueron informados la pasada semana, por sus responsables, de la decisión adoptada por el Gobierno francés de no encargarse de la lucha contra los activistas vascos. El comisario de la PAF, Joel Cathala, actualmente destinado en el aeropuerto parisino de Orly, fue el que creó en 1984, una brigada especial anti-ETA, compuesta por 30 hombres. Según fuentes policiales la mayor implicación en la lucha contra el terrorismo se debió al temor de sus mandos de ir perdiendo competencias tras la paulatina desaparición de las fronteras intercomunitarias, tras la entrada en vigor del Acta Única europea.

Por su parte, la Gendarmeria, dirigida en el suroeste francés por el comandante Saez hasta su marcha como responsable de seguridad de una importante empresa privada gala, y dada la configuración rural de esta zona de Francia, se había especializado más en la detención y seguimiento de los movimientos de los activistas del grupo terrorista vascofrances Iparretarrak, habiendo obtenido su principal éxito en 1987 al detener a su máximo dirigente, Philipe Bidart.

Cruce de informaciones

Esta situación provocó que en numerosas ocasiones se entrecruzaran las informaciones y las acciones de los dos cuerpos policiales siendo notorio que la rivalidad entre ambos había interferido en las operaciones de la Policía Judicial y del Servicio de Información General, lo que incluso impidió, en algún momento, realizar importantes redadas contra ETA.El diseñador de esta reestructuración de competencias ha sido el comisario galo Roger Boslé, coordinador de la política antiterrorista en el sur de Francia. El comisario Boslé fue jefe de la Policía Judicial de Bayona en los momentos de mayor auge de la actividad de los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL), lo que le permitió participar en las diligencias que se llevaron a cabo para procesar a varios miembros de este grupo terrorista. Posteriormente fue trasladado a Estrasburgo y hace un año regresó a Peau, capital de los Pirineos atlánticos.

En Bayona, capital del País Vasco francés, Roger Boslé ha colocado a uno de sus más estrechos colaboradores, el comisario Alain Etcheto, considerado como el máximo especialista en ETA.

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