6.000 policías vigilan hoy en Japón las juntas de accionistas

Este año las juntas de accionistas de la gran mayoría de las empresas japonesas tendrán entre sus asistentes a funcionarios del cuerpo de policía. El motivo de tal presencia es la de poner freno a los excesos que suelen cometer en este tipo de actos los sokaiya, chantajistas que actúan por su cuenta o están ligados al crimen organizado o la extrema derecha.Cerca de 6.000 agentes del orden serán distribuidos por las reuniones que 1.207 compañías tienen previsto celebrar hoy jueves para vigilar la conducta de los reventadores de juntas. Los sokaiya son profesionales del sobo...

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Este año las juntas de accionistas de la gran mayoría de las empresas japonesas tendrán entre sus asistentes a funcionarios del cuerpo de policía. El motivo de tal presencia es la de poner freno a los excesos que suelen cometer en este tipo de actos los sokaiya, chantajistas que actúan por su cuenta o están ligados al crimen organizado o la extrema derecha.Cerca de 6.000 agentes del orden serán distribuidos por las reuniones que 1.207 compañías tienen previsto celebrar hoy jueves para vigilar la conducta de los reventadores de juntas. Los sokaiya son profesionales del soborno, que compran un número pequeño de acciones en diversas compañías y amenazan a los directivos con boicotear la reunión lanzando acusaciones o formulando preguntas molestas si no obtienen antes dinero.

En realidad, la figura del sokaiya está desapareciendo lentamente en un país donde el crimen organizado, la yakuza, desarrolla sus actividades en la construcción, la prostitución y la droga. Las últimas cifras policiales indican que actualmente existirían 1.430 de estos reventadores de juntas, de los cuales 91 se estima que estén afiliados a bandas criminales de la yakuza y un centenar pertenezcan a la ultraderecha. El resto actúa por su cuenta con mayor o menor éxito.

La razón por la cual la policía ha querido este año vigilar más de cerca las juntas de accionistas es debido al temor de que la Yamaguchi-gumi, el grupo criminal más importante del país, esté tratando de reclutar sokaiya en Tokio para extorsionar a empresas. Esta banda tiene su principal base de acción en el área de Osaka, la segunda ciudad de Japón.

La mayoría de las compañías tratan de celebrar sus reuniones de accionistas la misma fecha para dificultar los movimientos de los chantajistas.

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