Tribuna:ITALIA 90

La etapa reina

Son estas fechas estivales más propias de pelotones ciclistas, serpientes multicolores y maillots amarillos que de balones, goles y proezas futbolísticas. Tal vez por esto tengo la impresión de haber superado las rmieras etapas de esta gran vuelta que es el Mundial.En nuestra primera contrarreloj no llegamos al despiste de Pedro Delgado en el Tour del año pasado, pero muy cerca anduvimos, aunque no perdlinos tiempo. En la segunda, a pesar de ser de perfil llano, fue diricil despegarnos de un pelotón conipuesto por 11 coreanos, muy parecidos todos, que impusieron un ritmo inernal en los ...

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Son estas fechas estivales más propias de pelotones ciclistas, serpientes multicolores y maillots amarillos que de balones, goles y proezas futbolísticas. Tal vez por esto tengo la impresión de haber superado las rmieras etapas de esta gran vuelta que es el Mundial.En nuestra primera contrarreloj no llegamos al despiste de Pedro Delgado en el Tour del año pasado, pero muy cerca anduvimos, aunque no perdlinos tiempo. En la segunda, a pesar de ser de perfil llano, fue diricil despegarnos de un pelotón conipuesto por 11 coreanos, muy parecidos todos, que impusieron un ritmo inernal en los primeros kilómeros y que, además, nos sorprendieron con un fuerte tirón antes de llegar al control de avituallamiento. Menos mal que el equipo, con Michel como jefe de filas, se despegó en el inomento oportuuno y ,ganamos la etapa con facilidad.

El tercer día de ruta ya fue más complicado. Toboganes, abanicos, incluso pavés, como en las mejores clásicas de los Países Bajos. Teníamos como rivales a un buen equipo belga, dotado de especialistas en todos los terrenos. Menos mal que controlamos bien la etapa, a pesar del calor que tanto gusta a los ciclistas y que a nosotros nos hizo ir con la lengua fuera. Pero conseguimos el jersey amarillo, o más bien la maglia rosa, es decir, una buena posición para afrontar las próximas etapas.

¿Y cuál es el perfil de las próximas etapas? Pues duro sin remisión. La etapa reina pasará por Yugoslavia, un país que cuenta con buenos rodadores, que se mueven bien en el pelotón, aunque, tal vez, les falte más espíritu de equipo que a nosotros. Es un conjunto con hombres que pueden sorprenderte en cualquier momento. Pícaros, listos, de los que saben meter el codo y encerrarte contra las vallas en el sprint.

Todo el mundo sabe que hace aproximadamente un mes lo pasamos muy mal con ellos y casi nos recoge el coche escoba, aunque acabamos venciendo. En realidad, nos conocemos muy bien. Se trata, pues, de una etapa clásica. Si se supera, llegarán los Alpes, los Pirineos y todo lo que podamos imaginar.

El equipo está fuerte, sobre todo después de haber recobrado la confianza ante Bélgica. Podemos buscar la cabeza del pelotón, sufriendo, sudando, luchando en cada pedalada, utilizando la inteligencia y dosificando esfuerzos. Ha llegado la hora de la verdad. Al final de este duro recorrido se vislumbra la inaglia rosa. Hay que demostrar que lo merecenios, que podemos estar en el podio. Costará, pero no es imposible.

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