Los conductores temerarios de Luchana se fueron a su casa en coche

Los conductores Fernando Santos, de 36 años; Javier Merino, de 25, y Carlos Jiménez, de 23, que fueron sorprendidos a las 4.30 de la madrugada del domingo haciendo carreras en sentido contrario a la marcha en la calle Luchana, regresaron a su casa en los vehículos que conducían después de que la Policía Municipal tomara sus datos para imponerles una sanción.

Un cuarto conductor que también participaba en el peligroso juego nocturno se dio a la fuga en un Seat 124 antes de que los agentes pudieran anotar su matrícula.La patrulla de la Policía Municipal, compuesta por dos agentes, hubo de...

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Los conductores Fernando Santos, de 36 años; Javier Merino, de 25, y Carlos Jiménez, de 23, que fueron sorprendidos a las 4.30 de la madrugada del domingo haciendo carreras en sentido contrario a la marcha en la calle Luchana, regresaron a su casa en los vehículos que conducían después de que la Policía Municipal tomara sus datos para imponerles una sanción.

Un cuarto conductor que también participaba en el peligroso juego nocturno se dio a la fuga en un Seat 124 antes de que los agentes pudieran anotar su matrícula.La patrulla de la Policía Municipal, compuesta por dos agentes, hubo de perseguir a los vehículos y cruzarse en la calzada para detenerlos.

Después, tras comprobar que la prueba de alcoholemia daba resultado negativo, ya que los niveles alcohólicos de los tres conductores quedaban por debajo del índice máximo autorizado, permitieron que regresaran a su casa.

Los agentes consideran que los conductores temerarios violaron el artículo 20 de la Ley de Seguridad Vial "por entablar competición de velocidad en vías públicas", que está sancionado con 25.000 pesetas de multa. El juez decidirá si los tres hombres han infringido también el artículo 340 bis a del Código Penal, que castiga con las penas de multa de 30.000 a 300.000 pesetas y privación del permiso de conducción de tres meses y un día a tres años al que conduzca "con temeridad manifiesta y pusiera en concreto peligro la vida de las personas, su integridad o sus bienes".

Según uno de los agentes que participó en la operación, Francisco García Piñeiro, uno de los tres conductores confesó que estaban haciendo una competición sobre quién realizaba la conducción más temeraria con apuesta, cuya cuantía no desveló. "Iban con niñas en los coches", dice el policía, "lo que a veces en ciertos conductores es un incentivo para correr y hacer algunas locuras al volante". Según el mismo agente, si los detenidos hubieran ido ebrios no hubieran podido continuar conduciendo sus coches. "En ese caso", añadió, "se les suele quitar las llaves del vehículo para que no puedan continuar".

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