La crisis del Asia central amenaza con nuevos choques entre repúblicas vecinas

El ministro del Interior de la URSS y miembro del Consejo Presidencial, Vadim Bakatin, dijo ayer ante el Parlamento soviético que los choques interétnicos en Asia central podían desembocar en un conflicto entre Uzbekistán y Kirguizistán. Bakatin informó a los diputados que ya hay confirmados 48 muertos y al menos 333 heridos registrados en los enfrentamientos entre kirguizes y uzbekos que comenzaron en Osh, Kirguizistán, a causa de unas tierras en disputa.

Los desórdenes se han extendido por esta república centroasiática y han llegado a la capital Frunze, donde también se ha decl...

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El ministro del Interior de la URSS y miembro del Consejo Presidencial, Vadim Bakatin, dijo ayer ante el Parlamento soviético que los choques interétnicos en Asia central podían desembocar en un conflicto entre Uzbekistán y Kirguizistán. Bakatin informó a los diputados que ya hay confirmados 48 muertos y al menos 333 heridos registrados en los enfrentamientos entre kirguizes y uzbekos que comenzaron en Osh, Kirguizistán, a causa de unas tierras en disputa.

Los desórdenes se han extendido por esta república centroasiática y han llegado a la capital Frunze, donde también se ha declarado el estado de sitio y se ha impuesto el toque de queda desde las 9 de la noche hasta las 6 de la mañana luego de que jóvenes kirguizes trataran de tomar la sede del Partido Comunista de Kirguizistán. Bakatin dijo que sólo en el último día habían muerto 11 personas y 51 habían resultado heridas. "La policía es incapaz de neutralizar los conflictos interétnicos", especialmente cuando se está en presencia de un "nacionalismo cavernario y medieval", según el ministro, quien informó que para mantener el orden se habían enviado a Kirguizistán -900 soldados de las tropas del Interior, 1.500 del Ejército regular y 450 guardias fronterizos.La frontera entre esta república y Uzbekistán ha sido cerrada, y también se han cancelado los vuelos entre Frunze y la capital uzbeka Tashkent. En la frontera entre la provincia kirguiz de Osh y la uzbeka de Andizhán hay miles de jóvenes exaltados que los soldados a duras penas pueden contener.

Las bandas de jóvenes, muchos de ellos ebrios, cometen toda clase de barbaridades. El órgano del Ejército Krásnaya Zvezdá informaba ayer sobre asesinatos de "mujeres, niños y ancianos". El vespertino Izvestia escribía que "el mayor peligro proviene de los jóvenes de nacionalidad autóctona", es decir, de los kirguizes, que ya en más de diez puntos tratan de penetrar en Osh. A veces se forman verdaderos ejércitos de 3.000 hombres, que los soldados apenas pueden contener.

Todavía no se ha logrado controlar la situación en la ciudad de Osh, a pesar de los regimientos que se hallan allí. Aún más, la dirección del Ministerio del Interior de Kirguizistán no cree que se pueda solucionar rápida ni pacíficamente el conflicto entre kirguizes y uzbekos, afirma el diario Izvestia.

La agencia oficial Tass informó que en Frunze el presidente kirguizo había hablado ante los manifestantes, pero fue interrumpido con "gritos y silbidos".

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Los jóvenes reunidos ante la sede del Gobierno pidieron la renuncia de los dirigentes de la república y nuevas elecciones.

El miembro del Consejo Presidencial y escritor kirguiz Chinguiz Aitmátov viajó ayer de Tashkent a Osh con un grupo de escritores uzbekos para intentar una reconciliación.

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