Coches abandonados
El problema del aparcamiento es terrible en nuestra ciudad. Nos trae de cabeza a todos los vecinos de Madrid, pero creo que podría suavizarse un poco si nuestros cuidadores de orden y las grúas, que tanto velan por que los dueños de los coches no nos extralimitemos unos centímetros, donde está prohibido, vieran cómo miles de estos coches (la mayor parte abandonados por haber sido robados, sin puertas, sin ruedas y completamente inservibles) están allí como riéndose de los pobres conductores que se vuelven locos para poder aparcar.En mi calle, en un tramo de 50 metros he contado cuatro cochesab...
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El problema del aparcamiento es terrible en nuestra ciudad. Nos trae de cabeza a todos los vecinos de Madrid, pero creo que podría suavizarse un poco si nuestros cuidadores de orden y las grúas, que tanto velan por que los dueños de los coches no nos extralimitemos unos centímetros, donde está prohibido, vieran cómo miles de estos coches (la mayor parte abandonados por haber sido robados, sin puertas, sin ruedas y completamente inservibles) están allí como riéndose de los pobres conductores que se vuelven locos para poder aparcar.En mi calle, en un tramo de 50 metros he contado cuatro cochesabandonados. ¡Clama al cielo! Creo que estos coches son muy difíciles de quitar de estos sitios que ocupan, ya que tienen dueño. Estos que digo no sé si lo tienen, lo que sé es que hace dos años, o quizá más, llevan allí sin ruedas. El que las tiene, desinfladas, los cristales rotos...
De verdad llamo la atención para que todos estos trastos sean retirados de la vía pública, pues creo que si en 50 metros hay cuatro abandonados, ¿cuantos habrá en todo Madrid?
Como estos automóviles que voy a citar han tenido o tienen dueño, pido que se les llame la atención y se les exija que en esa situación no los tengan en la calle: Seat 600 M-845996, Seat M7339-A, Talbot Z-7963-B, Citroën 2 Caballos M-919313. Los tres primeros están en la calle de Pinilla del Valle, esquina a Prádena del Rincón, y el último en la calle de Santa María de la Alameda, sin número.
Todo en 50 metros. De verdad, ¡de pena!- Ángel Barba Cuadrado