Quimioterapia
Dado que no está a mi alcance otro medio para dar respuesta a la carta de doña Encarnación García Díaz, publicada en su diario el pasado 7 de mayo bajo el título Error de laboratorio, le remito la mía con la esperanza de que tenga a bien publicarla.Parece ser que doña Encarnación, su yerno, sobre todo, y toda su familia quedaron aterrados e indignados ante tamaño error diagnóstico; y es que resulta escalofriante.
Por eso prefiero pensar que tan afectada como estaba ante tal evento no tuvo la mesura necesaria para reflexionar sobre el alcance y significado de todos los términos qu...
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Dado que no está a mi alcance otro medio para dar respuesta a la carta de doña Encarnación García Díaz, publicada en su diario el pasado 7 de mayo bajo el título Error de laboratorio, le remito la mía con la esperanza de que tenga a bien publicarla.Parece ser que doña Encarnación, su yerno, sobre todo, y toda su familia quedaron aterrados e indignados ante tamaño error diagnóstico; y es que resulta escalofriante.
Por eso prefiero pensar que tan afectada como estaba ante tal evento no tuvo la mesura necesaria para reflexionar sobre el alcance y significado de todos los términos que utilizaba. Sólo bajo este prisma puede entenderse su osadía al escribir textualmente: "... entre desgraciados que acusaban en sus cabezas la huella de la quimioterapia".
Como parte interesada en el asunto, ya que estoy sometida a un tratamiento de quimioterapia, no puedo por menos que manifestar mi desconcierto ante tamaña prepotencia para adjudicar un calificativo tan fuerte a un colectivo tan heterogéneo de personas, y cuyos sentimientos ante la situación que atraviesan pueden ir desde la más absoluta desesperación hasta la alegría y la esperanza en el afán de superar tan cruel enfermedad.
Aun en el peor de los casos, en que alguien se sienta realmente deprimido y desgraciado, no creo que le favorezca en absoluto leer en un medio de comunicación que, efectivamente, su caso está catalogado como de "desgracia" icialmente reconocida-