Cartas al director

Becas-residencia

Tengo a mis hijas en residencias universitarias en Granada. Ellas y sus amigos pidieron becas-residencia. Como"se rumorea que el fin de las mismas ha sido repartirlas entre amigachos afines, se llegaron al vicerrectorado a mirar. Encontraron en la secretaría a un señor de aspeco tosco que les dijo que él era estudiante también. Confiadas, le dijeron que venían a ver qué pasaba con las becas.Mientras conversaban distendidamente con el estudiante, él fue cambiando físicamente de posición y se sentó en la mesa de un despachillo. Será algún empleado, pensaron, y continuaron hablando. Y cuando dije...

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Tengo a mis hijas en residencias universitarias en Granada. Ellas y sus amigos pidieron becas-residencia. Como"se rumorea que el fin de las mismas ha sido repartirlas entre amigachos afines, se llegaron al vicerrectorado a mirar. Encontraron en la secretaría a un señor de aspeco tosco que les dijo que él era estudiante también. Confiadas, le dijeron que venían a ver qué pasaba con las becas.Mientras conversaban distendidamente con el estudiante, él fue cambiando físicamente de posición y se sentó en la mesa de un despachillo. Será algún empleado, pensaron, y continuaron hablando. Y cuando dijeron: "Es que parece mucha casualidad que fulanito, el de las encuestas, estuviera aquí con la lista el día del reparto...", de pronto se elevó sobre la mesa del despacho, adquirió un aire mayestático y dijo en tono autoritario:

"Uztede no zaben con quién ejtán hablando".

Hijas mías, eso mismo le dijeron a tu padre y luego anduvo de comisaría en comisaría.-

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