La policía detiene a un sindicalista surafricano invitado a España por UGT

Boaz Mashele, un dirigente sindicalista surafricano, está acostumbrado a vivir en permanente amenaza de detención en su país por su militancia contra el apartheid. Para lo que no estaba preparado es para que la policía española le detuviera y esposara, sin ningún tipo de explicaciones, en el hotel madrileño donde se ha alojado durante su estancia en España por invitación de UGT. El incidente ha provocado una carta de protesta del sindicato al ministro del Interior, José Luis Corcuera.

"Cuando les cuente a mis amigos en Suráfrica mis peripecias en un país libre no se lo van a creer", cue...

Boaz Mashele, un dirigente sindicalista surafricano, está acostumbrado a vivir en permanente amenaza de detención en su país por su militancia contra el apartheid. Para lo que no estaba preparado es para que la policía española le detuviera y esposara, sin ningún tipo de explicaciones, en el hotel madrileño donde se ha alojado durante su estancia en España por invitación de UGT. El incidente ha provocado una carta de protesta del sindicato al ministro del Interior, José Luis Corcuera.

"Cuando les cuente a mis amigos en Suráfrica mis peripecias en un país libre no se lo van a creer", cuenta sonriendo Boaz Mashele a este periódico poco antes de emprender el regreso a su país, Suráfrica, donde es miembro de la ejecutiva del Consejo Nacional de Sindicatos, la segunda organización de trabajadores.Sus disgustos comenzaron nada más llegar al aeropuerto de Barajas, de Madrid: el exceso de celo de las autoridades de inmigración estuvieron a punto de devolverle al avión que le había traído a España, adonde había sido invitado por UGT para defender ante su congreso la causa de los trabajadores negros surafricanos. "Estuvieron a punto de deportarme como hacen con los inmigrantes ilegales porque, al parecer, la medida de mi altura que da mi pasaporte no correspondió con la que ellos me hicieron", añade.

"Por fin me dejaron entrar, y todo fue bien hasta el pasado sábado", dice el sindicalista al continuar su relato. "Yo salía de mi hotel, en la Gran Vía. Era ya de noche. Quería dar una vuelta y saborear la sensación de estar en un país libre. No había pasado del portal cuando tres individuos -que luego resultaron ser tres policías de paisano- se me echaron encima y, sin saber por qué, me esposaron. No sé de qué me acusaban, pues no paraban de gritarme, pero ninguno hablaba inglés, y yo, desgraciadamente, no hablo ni una palabra de español", afirma.

"Me dieron un susto de muerte. Menos mal que un conserje del hotel intervino, porque, al parecer, querían deportarme. Subieron a mi cuarto. Vieron mi documentación, incluida mi acreditación de UGT. Pero seguían sin quitarme las esposas. Cuando por fin se convencieron de que no era ningún criminal, yo tenía muchas ganas de llorar y les rogué que me deportaran porque lo único que me apetecía ya era volver a casa", añade Mashele.

El incidente ha provocado una carta de protesta de UGT al ministro del Interior, José Luis Corcuera, ante el que ha expresado su "disconformidad con este tipo de actuaciones policiales", que califican de inadmisibles.

A pesar de todo, Mashele está dispuesto a volver a España "sobre todo porque es un país que puede hacer mucho por nuestra causa". En este sentido considera que la visita del presidente surafricano, Frederik de Klerk, a España, prevista para el próximo mes, supondrá un error fatal para la diplomacia española". "Nosotros deseamos que cuando por fin llegue la libertad a Suráfrica podamos recordar a España como un país que fue solidario con nuestra lucha contra la opresión".

Fuentes policiales confirmaron ayer que, después del incidente, Mashele fue a la comisaría del distrito de Centro y denunció lo ocurrido. Sin embargo, la policía no ha podido identificar hasta el momento a los agentes que realizaron la actuación.