Un banco para la Europa oriental

Uno de los grandes temas de la reunión parisiense del G-7 fue la reconstrucción económica de los países de Europa del Este que han comenzado su democratización política.

La idea francesa de crear un Banco para la Reconstrucción y el Desarrollo (BERD), especializado en la ayuda financiera al Este, ha ido haciendo camino. Mañana se reunirán de nuevo en París los expertos de 42 países que están gestando el BERD.

Todos los grandes países industriales están de acuerdo en el principio de que el Banco para la Reconstrucción preste a los antiguos países socialistas los capitales nece...

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Uno de los grandes temas de la reunión parisiense del G-7 fue la reconstrucción económica de los países de Europa del Este que han comenzado su democratización política.

La idea francesa de crear un Banco para la Reconstrucción y el Desarrollo (BERD), especializado en la ayuda financiera al Este, ha ido haciendo camino. Mañana se reunirán de nuevo en París los expertos de 42 países que están gestando el BERD.

Todos los grandes países industriales están de acuerdo en el principio de que el Banco para la Reconstrucción preste a los antiguos países socialistas los capitales necesarios para sus proyectos públicos y privados de desarrollo.

Hay también unanimidad en que la ayuda al sector público debe ser del 40%, y del 60% la destinada al sector privado. Las principales diferencias están en la elección de su sede y de su primer presidente y en las ventajas que la futura entidad podrá conceder a la URSS.

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Dos candidatos

Hay dos serios candidatos a la presidencia del BERD: Jacques Attali, consejero especial de François Mitterrand, y Onno Ruding, antiguo ministro de Hacíenda holandés. Los británicos se oponen a la candidatura del francés, pero podrían aceptarla si la sede de la organización se sitúa en Londres. Las otras capitales aspirantes son París y Amsterdam.Las ayudas a la URSS dividen a los norteamericanos y a la mayoría de los europeos. Washington quiere que, antes de ser susceptible de recibir créditos del BERD, la URSS atraviese un período de prueba entre tres y cinco años.

Alemanes y franceses desearían ser más generosos. Esta polémica perdió acritud el pasado viernes, cuando la URSS se declaró dispuesta a aceptar un período de transición antes de poder acceder por entero a los préstamos del BERD. Por su parte, Moscú ha aceptado que durante los próximos cuatro o cinco años sólo pueda recibir fondos destinados al desarrollo de su sector privado.

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