Tribuna:

En un mercado persa

Las buenas expectativas que ofrece la rentabilidad por dividendo en los principales valores nominativos levanta repentinamente el ánimo de los analistas. Éste es un buen acicate, dicen, para recuperar el pulso de una franja sobrevendida que- además presenta un panel de precios dignos de un mercado persa. Por la vía de las emisiones convertibles, los bancos han ido disminuyendo paulatilinarriente sus autocarteras en la medida en que entregan a los suscriptores acciones viejas en circulación con derechos políticos y dividendos implícitos que devengan desde el día siguiente a la conversión. En lo...

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Las buenas expectativas que ofrece la rentabilidad por dividendo en los principales valores nominativos levanta repentinamente el ánimo de los analistas. Éste es un buen acicate, dicen, para recuperar el pulso de una franja sobrevendida que- además presenta un panel de precios dignos de un mercado persa. Por la vía de las emisiones convertibles, los bancos han ido disminuyendo paulatilinarriente sus autocarteras en la medida en que entregan a los suscriptores acciones viejas en circulación con derechos políticos y dividendos implícitos que devengan desde el día siguiente a la conversión. En los últimos meses, con el bajón general de las cotizaciones, las instituciones han ido disminuyendo su nivel de apelación al mercado y de este modo también se ha disipado el temor tradicional a la dilución del beneficio -aquí en forma de dividendo- que causan las ampliaciones del capital. La porción de tarta es función directa del número de comensales. La ligera recuperación de ayer, apoyada por los parámetros internacioriales -bonanza en Nueva York y, Tokio- se proyectó sobre dos ejes: el repunte de los papeleros en medio de un remolino de rumores y el empujón de las aplicaciones.

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