RELIGIÓN

Un sarcerdote tinerfeño niega la primera comunión a dos niñas por lucir trajes largos

LUCAS ZENMAR El párroco del Sobradillo, barrio obrero de Santa Cruz de Tenerife, se negó a administrar el pasado domingo la prirnera comunión a dos niñas que lucían trajes largos, por considerar que contravenían las normas de la diócesis. Una veintena de niñas convocadas para su primera comunión junto a familiares y vecinos vieron interrumpido el acto al plantearse una tensa situación el templo. El párroco, José Hermógenes Martín considerado un sacerdote progresista, indicó a los padres de dos de las niñas que no podría adminis trar a éstas el sacramento de la eucaristía ya que su indumentaria...

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LUCAS ZENMAR El párroco del Sobradillo, barrio obrero de Santa Cruz de Tenerife, se negó a administrar el pasado domingo la prirnera comunión a dos niñas que lucían trajes largos, por considerar que contravenían las normas de la diócesis. Una veintena de niñas convocadas para su primera comunión junto a familiares y vecinos vieron interrumpido el acto al plantearse una tensa situación el templo. El párroco, José Hermógenes Martín considerado un sacerdote progresista, indicó a los padres de dos de las niñas que no podría adminis trar a éstas el sacramento de la eucaristía ya que su indumentaria no se ajustaba a las normas que se siguen en la parroquia.

La solución vino tres horas más tarde, con la presencia en el exterior de la parroquia de las fuerzas del orden público. El párroco señaló que la medida no obedecía meramente a razones de centímetros de tela. "Todos hemos convenido en la sencillez que debe imperar en este momento, evitando el boato y la ostentación que hieren a los que no pueden costear esos gastos y que crean situaciones absurdas".

Juan Pedro García, padre de una de las niñas afectadas, acusa al párroco de poner al resto de los asistentes en su contra, y dijo que su hija iba de largo porque a él le "daba la gana". "Nadie tiene que meterse con lo quiero gastar", agregó. En el momento de la eucaristía, las madres de las dos niñas recibieron la comunión en la mano para entregársela luego a sus hijas, ante el asombro de los asistentes.

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