Sigue el goteo a la baja

Un día más los mercados de valores se han empeñado en demostrar que las posibilidades de ganar dinero se encuentran relativamente lejos de los patios de operaciones. Ni siquiera la noticia de que las plusvalías pueden recibir un trato fiscal más favorable ha conseguido animar a unos inversores demasiados recelosos ante el futuro a corto plazo. La sesión ha vuelto a ser todo un modelo de inactividad y desconfianza hasta el momento de la apertura de Wall Street, en que algunas cotizaciones disfrutaron de algún relajo.Si la apertura fue positiva, los altibajos posteriores llenaron otra vez de dud...

Un día más los mercados de valores se han empeñado en demostrar que las posibilidades de ganar dinero se encuentran relativamente lejos de los patios de operaciones. Ni siquiera la noticia de que las plusvalías pueden recibir un trato fiscal más favorable ha conseguido animar a unos inversores demasiados recelosos ante el futuro a corto plazo. La sesión ha vuelto a ser todo un modelo de inactividad y desconfianza hasta el momento de la apertura de Wall Street, en que algunas cotizaciones disfrutaron de algún relajo.Si la apertura fue positiva, los altibajos posteriores llenaron otra vez de dudas a los inversores españoles, sobre los que empieza a pesar la proximidad del índice general a la zona del 270%, el nivel de resistencia sobre el que se asientan las expectativas a muy corto plazo. La ausencia de posiciones compradoras, sobre todo en sectores de peso, como el bancario, hace muy difícil el mantenimiento de esa posición, aunque en ocasiones anteriores se consiguieron los apoyos para evitar el descenso hasta el escalón siguiente.

El excesivo peso de los acontecimientos externos sobre los mercados de valores españoles hace que la consecución, o no, de esas metas no esté en manos de los inversores autóctonos, a los que está reservada una actitud pasiva hasta que los precios resulten tan atractivos como para que el nivel de riesgo no sea ya un obstáculo insalvable, tal y como sucede en estos momentos. Las posiciones al cierre volvían a dejarse llevar por las ligeras subidas que entonces registraba Nueva York.