El nombramiento de García Candau devuelve a Alfonso Guerra el pleno control sobre RTVE

El nombramiento de Jordi García Candau como director general de Radiotelevisión Española devuelve a Alfonso Guerra el pleno control sobre el emite público, que ya ejerció en la etapa de José María Calviño, según reconocen altos cargos socialistas. García Candau envió ayer "mensajes" a la cúpula del Partido Popular para que no se le juzgue como un sirviente del Gobierno. Pero los populares lo han recibido como "cantos de sirena" y resaltan que las pruebas de "imparcialidad" están en lo que se vea en televisión.

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El nombramiento de Jordi García Candau como director general de Radiotelevisión Española devuelve a Alfonso Guerra el pleno control sobre el emite público, que ya ejerció en la etapa de José María Calviño, según reconocen altos cargos socialistas. García Candau envió ayer "mensajes" a la cúpula del Partido Popular para que no se le juzgue como un sirviente del Gobierno. Pero los populares lo han recibido como "cantos de sirena" y resaltan que las pruebas de "imparcialidad" están en lo que se vea en televisión.

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Los seguidores de Alfonso Guerra son los más activos partidarios de lanzar al PSOE a una contraofensiva, tras el acoso en que se ha encontrado el partido desde que estalló el escándalo Juan Guerra, y, en ese relanzamiento del protagonismo socialista, incluyen el comportamiento de Televisión Española.El PSOE tendrá que hacer frente en los próximos meses a importantes retos políticos, como son las elecciones autonómicas en Andalucía y Euskadi -previstas para junio y noviembre, respectivamente- y es probable que incluso antes el presidente Felipe González realice una remoción del Gobierno.

Altos cargos socialistas interpretan la sustitución de Luis Solana como un gesto con el que el Gobierno pretende acreditar una mejor disposición al consenso con la oposición y como una iniciativa destinada a reducir los frentes de ataque al Ejecutivo. Para lograr que su propósito declarado tuviera crédito, el Gobierno escogió a una persona que ha mantenido muy buenas relaciones personales con los representantes del Partido Popular en el Consejo de Administración de Radiotelevisión Española.

Ayer mismo, García Candau envió "mensajes" a un destacado dirigente nacional del PP y persona de plena confianza de José María Aznar para que no se le considere como un testaferro del Gobierno.

En concreto, ha pedido que no se le apliquen los baremos utilizados para juzgar en términos políticos a los anteriores directores generales, según fuentes populares.

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Pero la cúpula del PP recuerda que "eso forma parte del guión, porque ya Luis Solana hizo algo parecido, e incluso acudió al Congreso refundacional de Alianza Popular para estrechar manos, y después ha actuado como sirviente del Gobierno".

Próxima comparecencia

En todo caso, García Candau tendrá que realizar esta misma semana una pormenorizada exposición de sus planes como máximo responsable político de RTVE. Debido a un compromiso establecido por el Parlamento con Luis Solana, el nuevo director general tendrá que comparecer el próximo jueves en la Comisión de control de RTVE del Congreso de los Diputados. García Candau anunció ayer que en esa reunión con los representantes de todos los grupos parlamentarios describirá los objetivos que se propone alcanzar y se someterá a las preguntas de la oposición.

La decisión de relevar a Solana tuvo una rápida gestación y ejecución. A lo largo del día 21, sólo 48 horas antes de la reunión del Consejo de Ministros en que fue nombrado director general Jordi García Candau, la cúpula del Gobierno puso en marcha el proceso de sustitución de Luis Solana. Una iniciativa que desdecía lo que el martes de esa misma semana se le había comunicado al propio ex presidente de Telefónica, en el sentido de que iba a ser ratificado en el cargo.

Al mediodía del pasado jueves, el ministro para las Relaciones con las Cortes, Virgilio Zapatero, y la portavoz del Gobierno, Rosa Conde, permanecieron reunidos en un despacho del Congreso de los Diputados durante una hora, después de que hubiera terminado el pleno de la Cámara. En ese intervalo hablaron con la presidencia del Gobierno, que dio por cerrado el acuerdo. Rosa Conde fue encargada de comunicar la decisión a Solana a media tarde.

El todavía director general no recibió, según la versión de personas que han hablado posteriormente con él, ninguna explicación del cambio de opinión del Gobierno. La ministra portavoz del Gobierno, Rosa Conde, se limitó, según los mismos medios, a comunicarle que Felipe González había cambiado de opinión y que iba a cesarle al día siguiente. Una decisión que en la tarde del jueves, víspera de la reunión del Consejo de Ministros, desconocían casi todos los miembros del Gabinete de Felipe González.

Cargo de confianza

Luis Solana ha actuado como un alto cargo de confianza del Gobierno, que sabe que debe actuar en defensa de los intereses gubernamentales, pero ni en este período ni con anterioridad se ha caracterizado por su simpatía hacia Alfonso Guerra. Por el contrario, García Candau restablece un clima de confianza con el vicepresidente como no existía desde que José María Calviño fue destituido como director general.

El ahora director general, fue designado por Alfonso Guerra en 1986, coincidiendo con un viaje al extranjero de la directora general Pilar Miró, como uno de los representantes del PSOE en el Consejo de Administración de Radiotelevisión Española.

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