SANIDAD

Nueva victoria conservadora en el Colegio de Médicos de Barcelona

Ramón Trias Rubíes, cirujano de 63 años, logró ayer su segunda reelección como presidente del Colegio de Médicos de Barcelona. Con más de la mitad de los votos escrutados, su candidatura, próxima a Convergencia Democrática de Catalunya (CDC) -el partido de Jordi Pujol, obtuvo un 47% de los votos emitidos, frente al 27% logrado por la candidata progresista, la dermatóloga Caterina Mieras, de 42 años, el 26% de Antoni Albertí, que encabezaba la opción más conservadora.El escrutinio, aún provisional, señala que 7.513 de los 18.976 colegiados emitieron ayer su voto, lo que da un índice de particip...

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Ramón Trias Rubíes, cirujano de 63 años, logró ayer su segunda reelección como presidente del Colegio de Médicos de Barcelona. Con más de la mitad de los votos escrutados, su candidatura, próxima a Convergencia Democrática de Catalunya (CDC) -el partido de Jordi Pujol, obtuvo un 47% de los votos emitidos, frente al 27% logrado por la candidata progresista, la dermatóloga Caterina Mieras, de 42 años, el 26% de Antoni Albertí, que encabezaba la opción más conservadora.El escrutinio, aún provisional, señala que 7.513 de los 18.976 colegiados emitieron ayer su voto, lo que da un índice de participación del 39,59%.

La candidatura de Trias ha utilizado todos los resortes a su alcance para contrarrestar la pérdida de votos a favor de Albertí, incluida la sectorial de sanidad de CDC y su influencia en el Departamento de Sanidad, donde se veía con preocupación que el gobierno del Colegio pudiera cambiar de manos.

Cerca de 6.000 colegiados votaron por correo y sus papeletas fueron revisadas por tres calígrafos. La mayor parte del incremento de votos ha sido para los candidatos conservadores.

Jaume Aubía, candidato a la vicepresidencia en la lista de Trias, manifestó anoche que la nueva junta no va a introducir grandes modificaciones en la orientacion del Colegio, excepto en el régimen disciplinario . Según Aubía, es preciso adaptar el reglamento sancionador a la realidad, ya que en estos momentos la falta más grave que puede aplicarse exige, por lo menos, que en la conducta del médico exista dolo o intencionalidad de hacer daño, de modo que casi nunca se aplica la sanción más severa.

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