Una encuesta revela que el 10% de las familias sufre algún caso de drogadicción

El 10% de las familias españolas reconoce sufrir algún problema de drogas, incluido el abuso de psicofármacos y el alcoholismo, según un estudio elaborado, por el equipo EDIS para la Confederación Española de Asociaciones de Padres de Alumnos (CEAPA). La preocupación por las drogodependencias es superior a la del paro o el terrorismo.

La encuesta se ha realizado durante el pasado mes de enero en todo el territorio nacional entre 900 familias con hijos en los distintos niveles de enseñanza no universitaria y formación profesional. Los resultados, difundidos ayer; revelan el alto grad...

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El 10% de las familias españolas reconoce sufrir algún problema de drogas, incluido el abuso de psicofármacos y el alcoholismo, según un estudio elaborado, por el equipo EDIS para la Confederación Española de Asociaciones de Padres de Alumnos (CEAPA). La preocupación por las drogodependencias es superior a la del paro o el terrorismo.

La encuesta se ha realizado durante el pasado mes de enero en todo el territorio nacional entre 900 familias con hijos en los distintos niveles de enseñanza no universitaria y formación profesional. Los resultados, difundidos ayer; revelan el alto grado de preocupación de los padres por las consecuencias de la droga, entre las que destacan los problemas de salud, la desestabilización familiar y la delincuencia.Para combatir la drogadicción, los españoles se decantan por las actuaciones de prevención, apoyadas por políticas combativas con el narcotráfico. El 67% de los padres encuestados no es partidario de legalizar las drogas, sin embargo se desprende un alto grado de tolerancia al consumo de tabaco y bebidas alcohólicas. Al menos el 23% de los encuestados admite la existencia en su círculo de consumidores de alcohol en exceso.

El estudio revela el cambio de actitud de los padres ante el fenómeno de las drogas de las familias con un hijo toxicómano recurriría a un centro de tratamiento, casi el mismo porcentaje que, en un estudio realizado en 1977 por la universidad Complutense de Madrid, declaraba que "le echaría de casa, le denunciaría o le daría una paliza".

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