Al calor del dinero

El 'gordo' de la lotería de Navidad agudiza en Paiporta la pasión por hacerse rico

Le tocaron 100 millones de pesetas en el sorteo de Navidad y juega dos décimos para el premio de El Niño, que se sortea hoy y para el que se han puesto a la venta 25 millones de décimos por valor de 50.000 millones de pesetas, vendidos casi en su totalidad. Vicente Rivodigo, sevillano afincado en Paiporta, pequeña localidad del área metropolitana de Valencia donde cayeron 6.000 millones de pesetas, es ahora para sus vecinos, antes que cualquier otra cosa, un millonario. Los otros, a los que no les llegó nada, hacen cola en la administración de lotería que repartió la felicidad, según el dueño,...

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Le tocaron 100 millones de pesetas en el sorteo de Navidad y juega dos décimos para el premio de El Niño, que se sortea hoy y para el que se han puesto a la venta 25 millones de décimos por valor de 50.000 millones de pesetas, vendidos casi en su totalidad. Vicente Rivodigo, sevillano afincado en Paiporta, pequeña localidad del área metropolitana de Valencia donde cayeron 6.000 millones de pesetas, es ahora para sus vecinos, antes que cualquier otra cosa, un millonario. Los otros, a los que no les llegó nada, hacen cola en la administración de lotería que repartió la felicidad, según el dueño, como si fuera Lourdes: En Paiporta hay dos bandos, aquellos a los que les tocó y a los que no.

No puede decirse de Rivodigo que mantenga actitudes excéntricas tras disponer en la cuenta bancaria de más de 100 millones de pesetas. A lo sumo, dice que cambiará el coche y que seguirá trabajando en los dos negocios que hasta ahora le procuraban el sustento, el suyo y el de su familia, a la que en conjunto le han caído 500 millones de pesetas. Un videoclub y una tienda de muebles con innumerables goteras conformaban su existencia. Es el mayor acertante en el pasado sorteo de Navidad. El primer gesto que ha tenido ha consistido en retirar una denuncia que presentó contra los vecinos de la finca por no arreglar las grietas.Pegada a la administración hay una tienda de "huevos frescos y hermosos". La dependienta, una joven con mucho sentido del humor, cuenta cómo le tocaron 800.000 pesetas y cómo se las va a gastar en seguida. "En un Coche, claro". La dueña del establecimiento, por su parte, no vio ni un duro. Tampoco Susana, una joven madre que, aun resignada, no puede contenerse: "No me hables, por favor, no me hables, que tengo una rabia...".

Vicente, propietario de la administración de lotería de Paiporta que repartió el primer prernio, aún no ha olvidado que tuvo el número entre sus manos. Insiste que en su trabajo es normal que sucedan estas cosas. Pero su cara, apesadumbrada, refleja cuántas veces habrá pensado si hubiera comprado el décimo que cantaron los niños de San lldefonso. "Sí que da rabia, sí, inucha", admite al fin. En las' calles céntricas de esta localidad valenciana de alrededor de 16.000 habitantes huele a dinero. Cuentan los comerciantes que venden más que nunca.

De las miles de anécdotas que han circulado estos últimos días sobre qué fines se le ha dado al dinero, destaca la avalancha de gentes premiadas, recién millonarias, a los concesionarios de automóviles. Se llegó a decir incluso que se habían quedado sin existencias. Mentira, en opinión del responsable de uno de ellos. "La gente no es idiota y no viene a comprarse un coche de una foma tan alocada. Miran las ofertas, se lo piensan y tras unos días encargan el modelo que más se ajusta a su economía". Asegura que en su concesionario "a lo sumo se venderán 15 o 20 coches más de lo normal".

Lo cierto es que los agraciados se han lanzado a comprar electrodomésticos y "todo lo que pillan", dice la dependienta de una perfumería. "El otro día le vendí a una mujer una colonia que valía 5.000 pesetas. Hasta hace dos semanas era impensable", añade. Sobre cómo han reaccionado las clientas a las que la suerte no ha sonreído, agrega: "No lo sé, algunas están tristes. Los comentarios de estos días giran en tomo a lo que le ha tocado a fulanito o a menganito y en qué harían si ellas fueran las afortunadas".

Aunque Rivodigo confirmó los 100 millones de premio, su mujer no hacía más que repetir que no era tanto dinero. "La gente en los pueblos exagera mucho, mucho". El pasado día 22, esta familia se mostraba encantada con las fotografías y entrevistas que protagonizaban.

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Ramón Furió sacó un manojo de perejil y se lo puso a la imagen de san Pancracio que tiene en su bar. Pasó el décimo por la frente del santo mientras, gritando, aseguraba a los presentes que iba a tocar. "Y en ese inomento vi el número en la televisión. Lo miraba y no podía creerlo, pero era el gordo, el gordo".

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