El Gobierno panameño dice que revisará la situación de los 'etarras'

El Gobierno panameño anunció ayer que no tiene nada contra los cuatro etarras refugiados en la nunciatura apostólica y que pueden salir libremente de esa sede sin temor a represalias. El ministro de Relaciones Exteriores panameño, Julio Linares, advirtió, sin embargo, que su situación futura deberá ser revisada y negociada."Los cuatro miembros de ETA refugiados en la nunciatura no tienen cuentas pendientes con la justicia panameña. Su conducta durante los años que han permanecido en este país ha sido correcta y pueden salir cuando quieran", declaró el ministro del nuevo Gobierno panameñ...

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El Gobierno panameño anunció ayer que no tiene nada contra los cuatro etarras refugiados en la nunciatura apostólica y que pueden salir libremente de esa sede sin temor a represalias. El ministro de Relaciones Exteriores panameño, Julio Linares, advirtió, sin embargo, que su situación futura deberá ser revisada y negociada."Los cuatro miembros de ETA refugiados en la nunciatura no tienen cuentas pendientes con la justicia panameña. Su conducta durante los años que han permanecido en este país ha sido correcta y pueden salir cuando quieran", declaró el ministro del nuevo Gobierno panameño.

Julio Linares recordó que si los etarras decidieron pedir asilo al nuncio, el vasco Sebastián Laboa, con quien tenían contacto frecuente y fácil comunicación desde hacía tiempo, "debió ser porque temían ser detenidos por las tropas norteamericanas y enviados a España, ya que existe un tratado de extradición entre Estados Unidos y España".

El ministro panameño no quiso dar, sin embargo, garantías de que los cuatro miembros de ETA puedan seguir residiendo en Panamá y afirmó que el nuevo Gobierno tendría que revisar la situación de los etarras antes de tomar una decisión al respecto.

Fuentes diplomáticas españolas han manifestado que el caso de los cuatro etarras debe ser resuelto por las autoridades panameñas y que no existe actualmente ninguna negociación para buscarles un nuevo destino.

Los etarras entraron en la nunciatura a las pocas horas del inicio de la invasión norteamericana, el pasado 20 de diciembre. Según fuentes de la nunciatura, su comportamiento en el interior de la sede apostólica es afable e incluso colaboran con el personal de servicio en las labores domésticas. En la Nochevieja compartieron por primera vez la mesa con Noriega, con quien conversaron sobre temas intrascendentes: preferencias culinarias y cosas por el estilo.

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